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El drama de las familias que viven hace años a orillas del río Vaqueros

Cinco perdieron sus casillas y hay otras que corren peligro de derrumbe. “Estamos asustados porque vivimos en el borde”, expresaron.
Domingo, 13 de marzo de 2022 00:00

Las familias que perdieron sus casas y las que corren peligro de perderla por la crecida del río Vaqueros a causa del último temporal de lluvias contaron el drama que les toca atravesar. Viven cerca del cauce, en una zona inundable y de riesgo, pero dicen que no tienen otro lugar a donde ir. Cinco viviendas fueron arrasadas por el agua el jueves.

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Las familias que perdieron sus casas y las que corren peligro de perderla por la crecida del río Vaqueros a causa del último temporal de lluvias contaron el drama que les toca atravesar. Viven cerca del cauce, en una zona inundable y de riesgo, pero dicen que no tienen otro lugar a donde ir. Cinco viviendas fueron arrasadas por el agua el jueves.

Víctor Soria tiene 27 años y se desempeña como albañil. Está hace seis años en una humilde casilla que corre peligro de derrumbarse, a la orilla del río, en el barrio Juan Manuel de Rosas, al norte de la capital salteña. Reside ahí junto a su esposa y sus dos hijas, de 10 y 9 años. En otra casilla cercana viven su suegra, su hermana y su cuñada.

La familia es oriunda de Las Lajitas. Llegó a la capital salteña para realizar trámites de DNI de una de sus hijas y se quedaron en lo de su cuñada. "Estamos asustados porque vivimos al borde del río. Ese día de la tormenta, por la mañana, veíamos cómo venía avanzando el agua y empezamos a ayudar desarmar las cosas de las otras casas pero no tuvimos tiempo de sacar todo", contó Víctor.

Frente a su vivienda se observa lo que quedó de la casilla de su amigo Sebastián. "Él pudo sacar sus cosas y las chapas. Lo evacuaron y está en el centro vecinal de Ciudad del Milagro, al igual que los otros vecinos", manifestó.

Este sábado por la mañana, 62 personas continuaban en ese espacio. En una esquina cercana también se ven los restos de otra de las casillas. Era de la hermana de Víctor, Cristina. "A ella también se le llevó el agua su casa de material. A otro vecino, mi sobrino y mi sobrina María también les pasó lo mismo", contó.

Relató que quedaron impresionados. "Llovía y parecía que no iba a parar nunca. Se iba socavando la parte de abajo, más de 30 metros, y el agua volteaba todo a su paso", expresó.

La secretaria de Desarrollo Humano de la Municipalidad, Silvia Varg, manifestó el viernes que los terrenos no son aptos para vivir y que es fundamental realizar un relevamiento de las familias que necesitan ser reubicadas. También sostuvo que la problemática tiene que ser atendida por el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) o Tierra y Hábitat. Al ser consultado por este tema, Víctor respondió: "Es la verdad. Tiene razón. Estamos muy cerca del río, pero como no hay dónde más ir a vivir, estamos aquí".

"Necesitamos que nos lleven a otros terrenos. Esa es la solución. Si no nos dan otro lugar, no tenemos otra que quedarnos aquí, luchar y hacer rellenar el suelo", dijo.

Al cierre de esta edición operarios trabajaban en la zona afectada con máquinas retroexcavadoras.

Los evacuados

Desde el centro vecinal de Ciudad del Milagro, el subsecretario de Comunicación Social en Territorio, Juan Aranda, explicó a El Tribuno que son 11 las familias que vivían al borde del río Vaqueros y que en la tormenta anterior ya había ocurrido algo similar, con el derrumbe de tres casillas.

"Ahora se llevó cinco casas. Las familias no tienen dónde estar. El temporal arrasó con los terrenos y las casas. Siempre hablamos y trabajamos con la gente, diciéndole que esa zona no es para construir, es muy peligrosa. Constantemente trabajamos para que la gente recapacite y vaya a otro lugar", sostuvo Aranda.

Y añadió: "Nosotros no tenemos la posibilidad de darles terrenos".

Señaló que hay familias que vivían ahí desde hace varios años y otras que llegaron hace menos tiempo, pero que las inundaciones son una constante de todos los años. "El río se lleva el borde y empiezan a edificar cerquita o a la vuelta", expresó.

Los operativos de asistencia por el temporal abarcan toda la ciudad. "Se inició el jueves a las 7 el rescate de la gente a plena luz del día. Trabajó Prevención de Emergencias, Desarrollo Humano y todas las áreas de la Municipalidad. Se armó un comité de crisis para poder resolver y estuvieron presentes todos los funcionarios y la intendenta Bettina Romero. Se proporcionaron los vehículos y logística para las tareas", indicó el funcionario.

En el centro vecinal de Ciudad del Milagro, unas 62 personas, mayormente mujeres y niños, permanecían este sábado hasta el cierre de esta edición. En el salón principal se acondicionaron colchones y frazadas para que duerman. Se les proveen las cuatro comidas diarias y ropa.

Cerca del mediodía, aguardaban el almuerzo: chorizos con arroz. El día anterior habían comido guiso de lentejas. Pensando en los más pequeños, se colocó una pantalla para que vean películas. "La Municipalidad está a disposición de los vecinos", finalizó el subsecretario Aranda.

Por otra parte, unas 32 personas habían sido alojadas en el Dispositivo Territorial Comunitario (DTC) de San Benito, en la zona sudeste de la capital salteña.

El equipo del municipio realiza un relevamiento puerta a puerta en los barrios más afectados para cubrir las necesidades más urgentes de las zonas norte y sudeste. Además, se mantiene el trabajo con máquinas y bombas para sacar el agua de las viviendas y mejorar la circulación en las calles.

Imponente crecida del cauce

Este sábado aún se podía ver la imponente crecida del río Vaqueros. El cauce, totalmente turbio por el barro, seguía amenazando con socavar más el suelo. Al borde se veían los restos que quedaron de las casillas derribadas por el agua. 
Maquinarias de gran porte trabajaban en las orillas del río. “Nosotros estamos pendientes porque se está nublando y, si llueve, todo puede empeorar. 
Estamos listos para sacar las cosas y salir”, sostuvo una de las vecinas. 

 

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