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Fuerzas Desarmadas

Martes, 17 de mayo de 2022 02:04

Una agenda de gobierno puede ser más de izquierdas o derechas, más progresista o conservadora. Lo que no puede hacer es fundar su acción en el resentimiento, porque así cancela la ilusión del futuro, que es la base para aunar una sociedad.

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Una agenda de gobierno puede ser más de izquierdas o derechas, más progresista o conservadora. Lo que no puede hacer es fundar su acción en el resentimiento, porque así cancela la ilusión del futuro, que es la base para aunar una sociedad.

Lo de las FFAA en Argentina es paradigmático de todo lo que se puede hacer mal con una institución.

Desde hace casi dos décadas, la política del gobierno está enmarcada con las anteojeras de la venganza.

Perder tierras en nuestra Patagonia por un error procesal inaceptable (i.e. apelar fuera de plazo) no es una mera torpeza leguleya: es la frutilla del postre de una larga historia de vejaciones.

Lo más patético es que se instaló el dogma de que es políticamente incorrecto cuestionar o hablar del asunto. Aunque lo cierto y concreto es que, en la búsqueda de justicia por los delitos perpetrados en la dictadura militar, se la daña: cientos de presos sin juicio previo. Así de fácil. Basta leer rapidito los artículos 5 y 8 de la Convención Americana de Derechos Humanos y la jurisprudencia de la Corte Interamericana. Violando derechos no se construye estado de derecho.

En el medio, se aplicaron durante años ajustes de haberes ilegales desde el Estado. Parece mentira, pero no se aumentaron los sueldos formalmente sino por un mecanismo ilegítimo, una picardía que significa no pagar cargas sociales y que ese porcentaje no pueda ser computado para una jubilación futura. Extraña política salarial del engaño: el Estado paga para no pagarse obligaciones previsionales, a empleados públicos que no pueden jubilarse de acuerdo a esa paga.

Si se mira la película completa, se cae en cuenta de la primera consecuencia de todas estas astucias deformantes: la inseguridad. Aún cuando está siempre al tope de las preocupaciones de la opinión pública, es tan fácil como que no se puede ser eficaz en su lucha con personal de seguridad mal pago, que mira atónito con ejemplos concretos lo que puede esperar, sea que actúe por acción u omisión. El resultado es la parálisis y el consecuente aumento exponencial del delito.

Segunda consecuencia: una contingencia enorme para la sociedad. Mientras unos cobran tres jubilaciones, existen miles de reclamos contra el Estado por ajuste de haberes, aún cuando la Corte ya ha decidido incansablemente al respecto. El juicio por el que "negligentemente" se perdieron tierras es un precedente que será invocado una y otra vez, a la espera de los mismos resultados. Y es probable que en poco tiempo empiecen los planteos de los familiares de los militares que están muriendo presos y sin juicio.

En su célebre "Historia del resentimiento", Marañon enseña que "el resentido tiene una memoria contumaz, inaccesible al tiempo"; pero aún, "que es incurable."

Lo de las FFAA es un botón de muestra de una agenda más amplia signada por ese patético vector: aquí yace la causa de la brecha. Tiempo de superar tabúes y empezar a llamar las cosas por su nombre, con respeto y valentía.

 

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