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Historia del primer gasoducto de integración latinoamericana

Hace 50 años se inauguró el gasoducto de Santa Cruz de la Sierra a Buenos Aires. 
Domingo, 05 de junio de 2022 02:32

El pasado 29 de abril el gasoducto argentino-boliviano que se construyó para transportar gas natural desde Santa Cruz de la Sierra a Buenos Aires cumplió medio siglo de vida. Fue entonces cuando Bolivia comenzó a exportar ese fluido a la Argentina, en el marco de lo que se definió como “regionalismo autónomo”. Por esos años nuestro país tenía prioridad en la compra de gas a Bolivia, situación que con el paso del tiempo cambió totalmente. Ahora, y por las políticas que nuestro país adoptó desde los años 90, la compra de gas por parte de la Argentina depende de los compromisos que el país del altiplano adquirió con Brasil. Y eso ocurrió cuando nuestro país se transformó, efímeramente, en exportador de gas natural y desechó la importación de Bolivia. 
Pero, retrocediendo en el tiempo, recordemos que aquel 29 de abril de 1972 las máximas autoridades argentinas, bolivianas y del BID accionaron la válvula que de inmediato comenzó a bombear gas natural a nuestro territorio. Se trataba de la primera experiencia de integración energética que se concretaba entre países latinoamericanos. Eran millones de metros cúbicos de gas que procedían de los campos gasíferos de Colpa y Río Grande, ubicados a pocos kilómetros de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
La obra era el resultado de un convenio que habían suscripto ambos países en julio de 1968, representados por Gas del Estado (Argentina) y Yacimiento Petrolíferos Fiscales Bolivianos, contrato que posteriormente fue modificado en 1970. Tenía una vigencia de 20 años y el volumen inicial de comercialización era de 4 millones de m3 de gas natural por día, cantidad que en 1975 fue elevada a 4,5 millones.
Si bien este gasoducto fue el primero de Latinoamérica, no hay que olvidar que la primera experiencia de integración en materia energética fue el oleoducto Camiri - Yacuiba, construido exclusivamente para enviar petróleo a nuestro país. Aquí era refinado por YPF en su destilería de Chachapoyas, Salta. El tendido de ese ducto comenzó en 1953, se inauguró en 1955 y estuvo activo por varios años. Viejos pobladores de “Pocitos argentino” (Salvador Mazza), aún recuerdan el famoso “cargadero” que allí tenía el Ferrocarril Belgrano, encargado de transportar el crudo hasta la destilería de Salta.
 
Regionalismo autónomo

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El pasado 29 de abril el gasoducto argentino-boliviano que se construyó para transportar gas natural desde Santa Cruz de la Sierra a Buenos Aires cumplió medio siglo de vida. Fue entonces cuando Bolivia comenzó a exportar ese fluido a la Argentina, en el marco de lo que se definió como “regionalismo autónomo”. Por esos años nuestro país tenía prioridad en la compra de gas a Bolivia, situación que con el paso del tiempo cambió totalmente. Ahora, y por las políticas que nuestro país adoptó desde los años 90, la compra de gas por parte de la Argentina depende de los compromisos que el país del altiplano adquirió con Brasil. Y eso ocurrió cuando nuestro país se transformó, efímeramente, en exportador de gas natural y desechó la importación de Bolivia. 
Pero, retrocediendo en el tiempo, recordemos que aquel 29 de abril de 1972 las máximas autoridades argentinas, bolivianas y del BID accionaron la válvula que de inmediato comenzó a bombear gas natural a nuestro territorio. Se trataba de la primera experiencia de integración energética que se concretaba entre países latinoamericanos. Eran millones de metros cúbicos de gas que procedían de los campos gasíferos de Colpa y Río Grande, ubicados a pocos kilómetros de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
La obra era el resultado de un convenio que habían suscripto ambos países en julio de 1968, representados por Gas del Estado (Argentina) y Yacimiento Petrolíferos Fiscales Bolivianos, contrato que posteriormente fue modificado en 1970. Tenía una vigencia de 20 años y el volumen inicial de comercialización era de 4 millones de m3 de gas natural por día, cantidad que en 1975 fue elevada a 4,5 millones.
Si bien este gasoducto fue el primero de Latinoamérica, no hay que olvidar que la primera experiencia de integración en materia energética fue el oleoducto Camiri - Yacuiba, construido exclusivamente para enviar petróleo a nuestro país. Aquí era refinado por YPF en su destilería de Chachapoyas, Salta. El tendido de ese ducto comenzó en 1953, se inauguró en 1955 y estuvo activo por varios años. Viejos pobladores de “Pocitos argentino” (Salvador Mazza), aún recuerdan el famoso “cargadero” que allí tenía el Ferrocarril Belgrano, encargado de transportar el crudo hasta la destilería de Salta.
 
Regionalismo autónomo

Según los estudiosos de la integración energética en Latinoamérica, la obra del gasoducto Santa Cruz de la Sierra-Campo Durán-Buenos Aires, se hizo en el marco del “regionalismo autónomo”. “Proceso -señalan- que se dio en los países sudamericanos desde la década de 1950 hasta fines de 1980. El objetivo era aumentar la autonomía de la región frente a los centros de poder mundial. Se caracterizó por la presencia de un Estado muy activo en el proceso regional, donde la industrialización por sustitución de importaciones y la búsqueda de un mercado regional mayor fueron componentes clave”.

 Datos del gasoducto

Como ya se dijo, la exportación boliviana de gas natural a la Argentina comenzó el 29 de abril de 1972, cuando se inauguró el gasoducto Santa Cruz de la Sierra-Yacuiba, en Bolivia. Era una cañería de casi 530 kilómetros de extensión que costó 56 millones de dólares y se tendió a través de ríos, selvas y montañas. Su construcción sufrió años de retrasos, pero finalmente se concretó por los créditos concedidos a Bolivia por el Banco Mundial, el BID. y el New York States Retirement Found. Y aquí viene lo sabroso de esta historia: esos préstamos fueron otorgados con el aval de la República Argentina.
Pero aun hay más en esta historia: para conectar los campos gasíferos de ambos países fue necesario construir otro gasoducto: el de Yacuiba-Pocitos-Campo Durán, en Salta. De más está decir que este ducto permitió a la Argentina, por intermedio de Gas del Estado, ampliar las redes en las provincias de Salta, Tucumán, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. Claro, por entonces nuestro país tenía la mitad de la población actual, 23 millones de habitantes.
Según una gacetilla distribuida por YPFB, el gasoducto era “un sistema de alta presión de una línea de conducción de gas natural de 24 pulgadas desde los campos gasíferos del departamento de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia hasta la localidad de Yacuiba, población boliviana en la frontera con la Argentina, y destinado a transportar el gas a ser vendido a ese país”.

 La construcción

La ejecución de la obra estuvo a cargo de Yobog (Yacimientos Bolivianos Gasíferos), empresa subsidiaria de YPFB. Es interesante destacar que para construir este ducto se debieron realizar 14 vuelos cargueros expresos en aviones DC-7 desde Houston, Estados Unidos, hasta Santa Cruz de la Sierra, que transportaron un total de 104 toneladas. Por otra parte, arribaron por vía marítima a los puertos argentinos de Buenos Aires y Rosario materiales procedentes de Europa, Japón y Estados Unidos, y luego trasladados por trenes argentinos hasta Yacuiba. Fueron casi 70 mil toneladas de cañerías de 24” y 46 barcos que transportaron de ultramar casi 11 mil toneladas de materiales.
Con un retraso de varios años, el tendido de la cañería comenzó el 18 de octubre de 1971. Ese trabajo consistió en tender, envolver, zanjar y cubrir los caños a razón de 2,7 kilómetros, promedio, por día.
Por último cabe señalar que en esa construcción participaron ingenieros y técnicos de Estados Unidos procedentes de Texas, Oklahoma y Luisiana, y de las estatales YPF y Gas del Estado de la República Argentina.

 

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