La economía argentina recibió otro verdadero cimbronazo en el comienzo de la semana posrenuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía, hoy a cargo de Silvina Batakis. El dólar blue se disparó de 238 a 280 pesos en un abrir y cerrar de ojos, y el fútbol ya sufre las consecuencias en este mercado de pases, sobre todo para contratar a futbolistas del exterior.
Para entender el desequilibrio financiero, lo primero es conocer cómo funciona el dólar en los pases de los jugadores. En pocas palabras, los clubes tienen que girar sí o sí el dinero al Banco Central, que autoriza la operación, según las prioridades nacionales (hay un monto limitado), y permite el giro al exterior.
Pero eso hoy está todo trabado, porque desde el 30 de junio el organismo rector no permite más operaciones con moneda al precio oficial ($125 para la compra y $131 para la venta). Todo para intentar frenar la sangría de divisas y engrosar las reservas, apuntadas a cumplir con el FMI.
“El directorio del Banco Central adaptó el sistema de pagos del comercio exterior para responder a las necesidades extraordinarias de divisas para atender la importación de energía, con el objeto de sostener el crecimiento económico y el desarrollo de las pymes evitando maniobras especulativas sobre las importaciones”, explicó a través del comunicado A 7532.
Esta situación ralentiza el mercado y hace que Argentina sea una plaza poco interesante a nivel deportivo, porque al futbolista no le van a poder pagar como en otras economías emergentes, como Brasil.
El otro dolor de cabeza para los dirigentes son los sueldos de los futbolistas, sobre todo aquellos que arreglaron con un dólar libre. Una situación que Boca, entre tantos otros equipos, trata de evitar para no tener problemas con los balances de la tesorería (así se le fue Eduardo Salvio).
Las instituciones deportivas que no tienen estos arreglos, en tanto, pagan con dólar MEP, que consiste en la compra de un bono en pesos para su posterior venta en dólares. La operatoria es 100 por ciento legal y, al ser online, se evita el riesgo de circular por la calle con dinero físico.
Este tipo de cambio cotizó este lunes por la mañana en torno a los 267 pesos, más del doble que el dólar oficial sin impuestos al que accedían anteriormente (en $131, aproximadamente).
En cuanto a la venta de un jugador al exterior, el dinero en dólares ingresa al país y el Banco Central le liquida el monto al club argentino al valor del cambio oficial, al igual que los premios de la Conmebol. Eso sí, de esa cifra de venta la institución tiene que abonar 25% de impuestos país, 15% al jugador, 7% por el decreto 1212, 2% a la AFA y 1% en sellos.
Y a la hora de hablar de los ingresos de los sponsors, si se trata de uno local los clubes pueden pactar un valor en dólares con un tope.
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La economía argentina recibió otro verdadero cimbronazo en el comienzo de la semana posrenuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía, hoy a cargo de Silvina Batakis. El dólar blue se disparó de 238 a 280 pesos en un abrir y cerrar de ojos, y el fútbol ya sufre las consecuencias en este mercado de pases, sobre todo para contratar a futbolistas del exterior.
Para entender el desequilibrio financiero, lo primero es conocer cómo funciona el dólar en los pases de los jugadores. En pocas palabras, los clubes tienen que girar sí o sí el dinero al Banco Central, que autoriza la operación, según las prioridades nacionales (hay un monto limitado), y permite el giro al exterior.
Pero eso hoy está todo trabado, porque desde el 30 de junio el organismo rector no permite más operaciones con moneda al precio oficial ($125 para la compra y $131 para la venta). Todo para intentar frenar la sangría de divisas y engrosar las reservas, apuntadas a cumplir con el FMI.
“El directorio del Banco Central adaptó el sistema de pagos del comercio exterior para responder a las necesidades extraordinarias de divisas para atender la importación de energía, con el objeto de sostener el crecimiento económico y el desarrollo de las pymes evitando maniobras especulativas sobre las importaciones”, explicó a través del comunicado A 7532.
Esta situación ralentiza el mercado y hace que Argentina sea una plaza poco interesante a nivel deportivo, porque al futbolista no le van a poder pagar como en otras economías emergentes, como Brasil.
El otro dolor de cabeza para los dirigentes son los sueldos de los futbolistas, sobre todo aquellos que arreglaron con un dólar libre. Una situación que Boca, entre tantos otros equipos, trata de evitar para no tener problemas con los balances de la tesorería (así se le fue Eduardo Salvio).
Las instituciones deportivas que no tienen estos arreglos, en tanto, pagan con dólar MEP, que consiste en la compra de un bono en pesos para su posterior venta en dólares. La operatoria es 100 por ciento legal y, al ser online, se evita el riesgo de circular por la calle con dinero físico.
Este tipo de cambio cotizó este lunes por la mañana en torno a los 267 pesos, más del doble que el dólar oficial sin impuestos al que accedían anteriormente (en $131, aproximadamente).
En cuanto a la venta de un jugador al exterior, el dinero en dólares ingresa al país y el Banco Central le liquida el monto al club argentino al valor del cambio oficial, al igual que los premios de la Conmebol. Eso sí, de esa cifra de venta la institución tiene que abonar 25% de impuestos país, 15% al jugador, 7% por el decreto 1212, 2% a la AFA y 1% en sellos.
Y a la hora de hablar de los ingresos de los sponsors, si se trata de uno local los clubes pueden pactar un valor en dólares con un tope.