Le dijeron que alguien vendría desde Córdoba al norte, y Kevin Montes no dudó en aprovechar para llegarse hasta Tartagal y empaparse sobre cómo va su caso antes de que comience el juicio. "Les dije a los de la fiscalía que no me parecía bueno que me conocieran la cara el día del juicio. Además ya no confío en la Justicia luego de lo que pasó con Zanchetta", advirtió el joven.
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Le dijeron que alguien vendría desde Córdoba al norte, y Kevin Montes no dudó en aprovechar para llegarse hasta Tartagal y empaparse sobre cómo va su caso antes de que comience el juicio. "Les dije a los de la fiscalía que no me parecía bueno que me conocieran la cara el día del juicio. Además ya no confío en la Justicia luego de lo que pasó con Zanchetta", advirtió el joven.
Kevin denunció por abuso sexual al cura Fernando Páez de Tartagal. También podría haber denunciado a Gustavo Zanchetta, pero en el primer juicio por abuso contra un obispo, participó como testigo. "¿Por qué no denunció lo que le hizo el obispo?", le preguntó en aquel proceso uno de los jueces. "Porque ya había denunciado a Páez", contestó y dejó un silencio incómodo.
Mientras se espera la fecha del juicio, ahora resta saber si el Tribunal aceptará la solicitud de constituirse como amicus curiae al ILEC (Instituto Laico de Estudios Contemporáneos). "Venimos acompañando a Kevin con preocupación en este caso porque no vemos que tiene las garantías suficientes y eso nos preocupa. Aunque creemos que si se trabaja bien, podremos llegar por una vez a tener un juicio justo", indicó Fernando Climent del ILEC Salta. Mientras, otras organizaciones estudian sumarse también como amigos del Tribunal. Además se espera conocer si se aceptará incluir el testimonio de Lililana Rodríguez, psicóloga de la Red de Sobrevivientes que ya testificó en el juicio contra el cura Agustín Rosa Torino.
"Me siento más acompañado por estas organizaciones", indicó Kevin. "No quiero que pase lo que pasó con Zanchetta, que fue una sentencia pobre, que estuvo un mes no más en la cárcel, desconfío de la Justicia por todo lo que pasó con ese caso", insistió el joven.
Pero el regreso a su pueblo natal, como desde que realizó la denuncia, fue hostil. Por ello se presentó ante la fiscalía con un papel con anotaciones y pidió el expediente, conocer el avance del caso y requirió además tener acompañamiento psicológico y custodia durante el tiempo que dure el juicio. "Conozco la gente del pueblo, se que me van a bardear y basurear", advirtió.
Entre las precisiones que le solicitó al fiscal Pablo Cabot y a su auxiliar, Josefina Calvo, fue saber con qué garantías de imparcialidad contaba: "Yo le pedí al fiscal que se inhibiera porque él es esposo de la fiscal Lorena Martínez, catequista muy allegada a Páez. Pero me dijo que no correspondía por no ser amigo directo ni íntimo de ninguna de las partes, que además él es parte de una Unidad Fiscal junto con Obeid y Toranzos, y que él está muy involucrado en la causa".
De esta forma, el joven supo que la Sala I de Tartagal con Ricardo Martoccia como presidente y Soledad Rodríguez y Aníbal Burgos como vocales, serán los magistrados que juzgarán su causa. Kevin también se enteró de que dos importantes testigos accedieron a testificar, un exseminarista que llegó a ser su compañero, y que "no quiso denunciar porque tiene familia", y otro hombre que habría sido abusado en 1997 por Páez. Se asegura que por este caso se lo exilió a Páez en un monasterio en Tucumán.
Quién también sería llamado a testificar sería el obispo de Orán Luis Scozzina. "Lo llaman porque yo le conté al obispo cuando llegó y no hizo nada", destacó el joven.