¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

19 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Perseverar frente a todas las dificultades

Un emprendimiento familiar de fideos que se impuso a través del tiempo en Tartagal 
Sabado, 06 de agosto de 2022 21:28

 La realidad es que el nombre -Eureka- que Valentín Gutiérrez y Esther Lara eligieron para su emprendimiento fue un verdadero hallazgo y hace honor a lo que ellos -30 años atrás y hoy sus hijos- encontraron como su principal medio de vida y generador de oportunidades laborales para la familia Gutiérrez, como para otras cuatro familias que trabajan en la fábrica de fideos de Tartagal.
Hace 30 años las empresas del Estado comenzaban su retirada y con eso quedaban miles de trabajadores a la deriva, por más que la mayoría de ellos habían recibido sumas de dinero importantes en concepto de retiros voluntarios o indemnizaciones. Pero el gran desafío, en momentos en que nadie les enseñaba cómo invertir esos recursos de manera exitosa y no morir en ese intento, era encontrar la iniciativa, la idea de negocio que pudiera prosperar y sostenerse en el tiempo. “Eureka” lo logró y a pesar de las dificultades que miles de emprendedores deben afrontar en un país donde la estabilidad no es precisamente lo más fuerte, la fábrica de Tartagal no solo que perdura sino que tiene todas las posibilidades de seguir creciendo. 
Si bien al frente de la fábrica ya no están todo el tiempo Valentín y Esther, desde hace una década aproximadamente quien tomó las riendas del negocio es Víctor Eduardo Bogado, un ex periodista deportivo, yerno de estos emprendedores, quien le sumó su propia impronta a este negocio familiar que además genera fuente de trabajo, un verdadero logro en regiones tan postergadas como en el norte en materia de empleo y donde a la vez es difícil conseguir quien esté dispuesto a trabajar y no arriesgar un subsidio o un plan social que recibe del Estado nacional.
 “Fue un verdadero hallazgo porque en 1992, mi suegro Valentín Gutiérrez decidió retirarse voluntariamente de una empresa estatal en la que había trabajado muchos años de su vida; iba a ser un cambio rotundo pero se arriesgó, no le tuvo temor al desafío” reflexiona hoy Víctor Eduardo quien, con su esposa Mónica Gutiérrez, también empleada municipal, le ponen cada día el hombro a este proyecto. 
“Cuando recibió el dinero del retiro, se fueron un par de meses a Jujuy para aprender el ABC de la fabricación de fideos, porque en San Salvador tenían un familiar que conocía algo del tema y ellos dos no sabían nada. Con el dinero del retiro compró de Santa Fe las primeras máquinas y a los dos meses se volvió, instaló en el living de su casa en la calle General Paz en Villa Güemes, las primeras máquinas y comenzaron los dos a fabricar fideos”.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

 La realidad es que el nombre -Eureka- que Valentín Gutiérrez y Esther Lara eligieron para su emprendimiento fue un verdadero hallazgo y hace honor a lo que ellos -30 años atrás y hoy sus hijos- encontraron como su principal medio de vida y generador de oportunidades laborales para la familia Gutiérrez, como para otras cuatro familias que trabajan en la fábrica de fideos de Tartagal.
Hace 30 años las empresas del Estado comenzaban su retirada y con eso quedaban miles de trabajadores a la deriva, por más que la mayoría de ellos habían recibido sumas de dinero importantes en concepto de retiros voluntarios o indemnizaciones. Pero el gran desafío, en momentos en que nadie les enseñaba cómo invertir esos recursos de manera exitosa y no morir en ese intento, era encontrar la iniciativa, la idea de negocio que pudiera prosperar y sostenerse en el tiempo. “Eureka” lo logró y a pesar de las dificultades que miles de emprendedores deben afrontar en un país donde la estabilidad no es precisamente lo más fuerte, la fábrica de Tartagal no solo que perdura sino que tiene todas las posibilidades de seguir creciendo. 
Si bien al frente de la fábrica ya no están todo el tiempo Valentín y Esther, desde hace una década aproximadamente quien tomó las riendas del negocio es Víctor Eduardo Bogado, un ex periodista deportivo, yerno de estos emprendedores, quien le sumó su propia impronta a este negocio familiar que además genera fuente de trabajo, un verdadero logro en regiones tan postergadas como en el norte en materia de empleo y donde a la vez es difícil conseguir quien esté dispuesto a trabajar y no arriesgar un subsidio o un plan social que recibe del Estado nacional.
 “Fue un verdadero hallazgo porque en 1992, mi suegro Valentín Gutiérrez decidió retirarse voluntariamente de una empresa estatal en la que había trabajado muchos años de su vida; iba a ser un cambio rotundo pero se arriesgó, no le tuvo temor al desafío” reflexiona hoy Víctor Eduardo quien, con su esposa Mónica Gutiérrez, también empleada municipal, le ponen cada día el hombro a este proyecto. 
“Cuando recibió el dinero del retiro, se fueron un par de meses a Jujuy para aprender el ABC de la fabricación de fideos, porque en San Salvador tenían un familiar que conocía algo del tema y ellos dos no sabían nada. Con el dinero del retiro compró de Santa Fe las primeras máquinas y a los dos meses se volvió, instaló en el living de su casa en la calle General Paz en Villa Güemes, las primeras máquinas y comenzaron los dos a fabricar fideos”.

El inicio del emprendimiento y de las grandes dificultades 

 La primeras producciones de “Eureka” eran por lógica “paquetitos de fideos que comenzaron a ofrecerlos, primero en los kioscos de Villa Güemes y después se animaron en los supermercados de esa época, muchos de los cuales ya no están. Después compraron un pequeño vehículo para hacer el reparto y así comenzó esta iniciativa que nosotros valoramos tanto porque hoy es nuestro medio de vida principal” explica Bogado.
 No fue magia; fueron muchas horas de trabajo, de prueba y error, de incursionar con otros productos frescos -fideos, masas para empanadas, masas para tartas ravioles y otras pastas- los que “Eureka” siguió fabricando. Pero como a muchos emprendedores locales , el año 2000 los agarró -antes que la debacle económica a nivel nacional- uno de los peores momentos como fueron los conflictos sociales que en el norte se traducían en cortes de rutas. En Tartagal y localidades vecinas a veces duraban semanas enteras; la situación social fue un golpe artero. 
“Estábamos abriendo un mercado muy interesante en el departamento de Orán y otras localidades vecinas, pero era imposible cumplir con las entregas porque no sabías cuándo te agarraba un corte de ruta; ahora nos pasa algo parecido pero en ese momento eran de mucho más tiempo. Nos habíamos expandido a las localidades vecinas como Cornejo, Mosconi, Aguaray, Salvador Mazza, pero por los conflictos sociales era imposible pensar en seguir creciendo. 

 


 


“Después vino la crisis del 2001 y fue muy difícil seguir trabajando, produciendo. Superamos ese momento y desde hace algunos meses que tenemos que pelearla todos los días para comprar la materia prima y todos los insumos que necesitamos. El aumento en los precios, la falta de certeza si nos van a mandar o no la harina y otros productos, es algo muy agotador. Por eso esperamos que la situación económica en el país se normalice, porque tenemos todas las ganas de seguir produciendo, de seguir trabajando pero no es tan sencillo” explica Víctor Bogado quien también debe gestionar el envasado del producto porque todo lo gestionan los mismos emprendedores. “A veces no nos cierran los números. Por ese tema entonces tenemos que dejar de lado los discos o tartas por ejemplo, porque con las bolsas impresas los costos se nos disparan y no podemos competir con productos que vienen de otro lado, de otras fábricas muy grandes que manejan otros costos”, explicó. 
 A través de los años, la fábrica fue sumando maquinarias, otros vehículos para el reparto “y hoy, gracias a Dios, no hay almacén, quiosco o supermercado del departamento San Martín en los que no se vean los fideos Eureka. Nuestro fuerte son los laminados aunque también hacemos fideos frescos. Como emprendedores locales cuidamos mucho el tema del precio, pero también de la calidad y si en la etiqueta dice “fideos al huevo” cualquiera puede venir a ver que realmente le ponemos lo que ofrecemos, como a los fideos con espinaca o con morrones; los consumidores aprecian mucho la calidad y eso, como tartagalenses nos llena de orgullo”.
 Ni Valentín Gutiérrez y su esposa Esther, al comienzo, ni ahora Víctor Eduardo o su esposa Mónica pierden ni tanto tiempo ni tanta energía “en solicitar créditos ni préstamos porque son trámites engorrosos, interminables. Preferimos poner toda nuestra fuerza en el trabajo y cuando nos dan los números, compramos una máquina nueva o pensamos en cambiar el vehículo para el reparto. Tenemos la experiencia y el conocimiento y por supuesto que podemos expandirnos mucho más. Pero cualquier emprendedor sabe lo difícil que es mantenerse y más aún crecer en una zona tan alejada como la nuestra, de tanta postergación. Pero nosotros al mirar el vaso, vemos la parte llena, nunca la que está vacía y esa filosofía de trabajo hace que sigamos tirando para adelante y creyendo en el departamento San Martín que sigue teniendo potencial para quien quiere trabajar aunque muchas veces no tenga todo el apoyo que se necesita” considera Víctor Eduardo, hoy papá de varios chicos que posiblemente tengan que seguir ellos con el emprendimiento que iniciaron sus abuelos, pero que está sólido como una de las pocas pequeñas fábricas tartagalenses.
 

PUBLICIDAD