"Voy para Salta el 11", dice Liliana Herrero por teléfono, con una voz reconocible y muy querida por quienes aman la música popular. "No sé si cosas nuevas, siempre está esa pregunta... hace mucho que no vuelvo a Salta...", cuenta, y comienza la charla con El Tribuno. Se presenta este sábado, a las 21, en la Fundación Salta, Gral. Güemes 434, junto al guitarrista Pedro Rossi.
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"Voy para Salta el 11", dice Liliana Herrero por teléfono, con una voz reconocible y muy querida por quienes aman la música popular. "No sé si cosas nuevas, siempre está esa pregunta... hace mucho que no vuelvo a Salta...", cuenta, y comienza la charla con El Tribuno. Se presenta este sábado, a las 21, en la Fundación Salta, Gral. Güemes 434, junto al guitarrista Pedro Rossi.
"Voy a hacer algunos temas que no he tocado en Salta, incluso algunos temas de Fito (Páez), del último álbum que hice en el 19, 'Canción sobre canción', que no los he tocado en Salta. Hace bastante tiempo que no voy para allá... No me acuerdo exactamente...", dice.
"Vino en el 2018; el 22 de septiembre con Juan Falú hicieron un homenaje al Cuchi Leguizamón", nos recuerda Carlos Vargas cuando se lo consultamos; el guitarrista salteño es parte de la organización que trae a la cantora entrerriana. "Con más razón entonces. Llevo canciones de 'Canción sobre canción', y también viejos temas que siempre los remozo; siempre está la idea de la novedad, pero la idea de la novedad también está en las cosas antiguas que uno viene cantando y que después las hace de otra manera. En general, yo tiendo a eso...", apunta Herrero.
Liliana Herrero y Pedro Rossi se presentan este sábado, a las 21, en el Teatro de la Fundación Salta, Gral. Güemes 434.
El último álbum que publicaste es con música de Fito Páez, y fue él quien produjo tu primer disco, en el medio han pasado cosas...
Sí, han pasado muchas cosas, sí, porque el primero, el segundo y el tercero... los tres primeros discos los hicimos con producción de Fito y mía; la verdad que ha pasado mucho. El último con él que yo trabajé fue "Isla del tesoro", del 95, imagínate, ¡hace muchísimo tiempo! Lo cual no quiere decir que no nos hayamos seguido viendo y estando siempre juntos como estamos, pero no hemos estado trabajando específicamente en un disco, con producción de él. El primero fue del 87, se llamó "Liliana Herrero", el segundo en el 89 fue "Esa fulanita" y el tercero, "Isla del tesoro" en el 95. Ha pasado mucho tiempo; después siguieron otros discos, varios más... ya no sé cuántos tengo.
¿Cómo nació "Canción sobre canción"?
Estudié un año entero toda la obra de Fito, le comenté que iba a hacer el disco sobre él, con versiones mías de sus canciones, y él me dijo: "Bueno, lo hacemos juntos". Y yo le dije "no (risas), lo pienso, lo hago y cuando esté terminado te lo muestro". Y así fue. Así que fue muy lindo eso, porque lo escuchó solo y le gustó muchísimo y está muy feliz, la verdad, y yo también. Con ese disco estoy muy muy contenta. No sé si llevar discos, no sé si la gente compra discos todavía...
“La búsqueda es fundamental tanto en el acto de elegir como en el acto de hacer un concierto”.
Sí, mucha gente que te sigue va a ir...
También voy a llevar uno último, que hicimos en el 2021, ¿viste cómo uno pierde noción del tiempo?... Han pasado tantas cosas. En el 21 hicimos un disco-libro que se llama "Mojones. Signos y memorias de la Patria". Lo hicimos con Juan Falú, Teresa Parodi, Horacio González y yo, los cuatro. Así que voy a llevar ese también, porque es un lindo disco, con lindas historias, muy argentinas. Son mojones, señales en el camino que indican momentos fundamentales para esta patria...
Sos muy conocida por quienes escuchan folclore y música latinoamericana, ¿cómo te llevás con los chicos?
Es sorprendente también el tema de las nuevas generaciones. En general, en mis conciertos aparece mucho público joven, pero yo creo que no es un problema generacional, creo que es un tema... un problema de sensibilidad, de abrirse y escuchar muchas músicas y distintos géneros, distintas épocas. Eso cambia mucho el oído.
"... la voz cuando canta piensa, piensa un territorio, en este caso Latinoamérica y Argentina, y ese territorio siempre es una condensación de tensiones".
Eso de abrirse lo vivís palpablemente desde tus primeros discos, en ellos participaron músicos de distintos géneros, entre ellos de rock.
Sí, he invitado a muchos músicos, como yo no tengo esa idea del género como una cárcel, sino que, al contrario, me parece que entre los géneros se establece un diálogo muy interesante, y como la amplitud de música que escucho es enorme, entonces, bueno... Sí, en aquellos discos y en otros que hice después participaron muchos músicos de distintas experiencias musicales que se inscriben en distintas tradiciones, y eso a mí me da mucho gusto porque se produce un diálogo y sabiendo que la cultura siempre es un préstamo, préstamo de músicas distintas que uno ha ido escuchando en la vida. La influencia mía, por ejemplo, del folclore, de la música clásica, de la música universal también y del rock y del tango fue muy fuerte. Yo sigo escuchando todas esas músicas.
Un universo de músicas que se congregan en intérpretes como vos. Me acuerdo de "Confesión del viento", un álbum hermoso y variado de música latinoamericana.
Ese disco es hermoso, se llama "Confesión del viento" por un tema particular, "Confesión del viento", justamente, que es de Juan Falú con poesía del pampeano Roberto Yacomuzzi...
"En general, en mis conciertos aparece mucho público joven, pero yo creo que no es un problema generacional, creo que es un tema... un problema de sensibilidad, de abrirse y escuchar muchas músicas y distintos géneros, distintas épocas. Eso cambia mucho el oído".
"Maldigo" también fue un álbum con mucha fuerza y con temas como "Oye niño" y "Bagualín", "Trabajo, quiero trabajo", que uno los asumía desde tu compromiso y tu posición ante determinadas cosas...
Bueno, yo nunca soy literal en ese sentido; pero sí está eso que decís en los temas que elijo, en los textos que elijo. Hay que tener mucha capacidad para elegir. Mercedes (Sosa) tenía una gran capacidad para elegir los temas, y en todos los discos que hizo siempre había perlitas que eran maravillosas. Elegir es difícil, elegir un tema es difícil, porque tiene que gustarme, tiene que gustarme el texto, yo soy una cantora, yo tengo que sostener una poesía y esa poesía me tiene que gustar mucho. O poder hacer algunas modificaciones como suspender algunas frases o algunas cosas ponerlas en otro lado. Esos son mecanismos de composición, si querés, aunque no específicamente composiciones en sentido académico. Me gusta mucho hacer ese tipo de trastrocamientos, de inventos, de intervenciones, de interrogaciones de un tema.
Sos docente de Filosofía y hacés música popular, ¿cómo vivís esa "dicotomía" de estar en la academia y en los escenarios?
Es entre comillas, sí, entre comillas porque no es cierto que la música no está en la filosofía o en el pensamiento, porque la voz piensa ¿no? Porque la voz cuando canta piensa, piensa un territorio, en este caso Latinoamérica y Argentina, y ese territorio siempre es una condensación de tensiones. Yo pienso la música territorialmente y me gusta pensarla así, porque me hace zambullir en la memoria de este país. Incluso voy a cantar un tema que se llama "Martín", de Eduardo Cardozo, una referencia muy desarmada, pero referencia al "Martín Fierro", que es un libro emblemático de la Argentina. La docencia la he abandonado, no sigo dando clases ya, no estoy en la universidad. Me fui en el 95, 96, hace mucho tiempo, pero siempre seguí leyendo, soy una ávida lectora, así como una ávida escuchadora de música. Y sigo escribiendo, sigo pensando esta patria, que es lo que más me interesa.
Compartís mucho con tu interpretación como cantora y también con tu palabra en entrevistas o cuando uno escucha lo que decís sobre el escenario...
Me alegra que te sirva lo poco que uno pueda pensar, los balbuceos... porque son todas búsquedas, cuando eso se detiene ya hay que retirarse. En mi caso, aún no he abandonado esa actitud. La búsqueda es fundamental tanto en el acto de elegir como en el acto de hacer un concierto.
Muchos te han conocido por "Leguizamón-Castilla" y por "Falú-Dávalos", álbumes ya clásicos que grabaste con Juan Falú, y mucha gente ha conocido esa obra a partir de ustedes...
A mí me parece que fue una experiencia preciosa. Tengo una amistad con Juan de muchísimos años también y, sobre todo, "Leguizamón-Castilla", un disco que hicimos en el 2000 y siempre que podemos lo tocamos, porque nos gusta. Incluso nos reímos porque todavía yo lo puedo cantar en la tonalidad en la que lo grabé y ya no tengo los años que tenía cuando lo grabé. Siempre nos da gusto cantar ese disco. Y claro, Leguizamón-Castilla es una dupla, convengamos, fundamental en este país, lo mismo que la dupla Falú-Dávalos...
Cita con los colores de una voz auténtica
"Vamos con un formato pequeño, con Pedro con guitarra de siete cuerdas y yo. Pedro también va a dar un taller de guitarra esa tarde... ", dice Liliana Herrero en parte de la charla sobre la presentación que realizará este sábado, a las 21, en el Teatro de la Fundación, Gral. Güemes 434, junto a Pedro Rossi. Anticipadas en el local de Caseros 723, de 9 a 13 y de 17 a 21. También en Gral. Güemes 434, de 9 a 13 y de 17 a 20, o por el 3875148961.
Partícipe fundamental de la renovación del canto popular argentino, Liliana expone con los colores de su voz formas que trascienden los estilos, creando un territorio musical muy propio que comparte con generosidad y talento.