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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Después de la sequía, la carne es poca y más cara

Sabado, 11 de febrero de 2023 02:21

La promesa de "la vuelta del asado" sigue incumplida, más allá de que la carne aumento mucho menos que la mitad del resto de los precios: 94,8% de inflación contra 35/40% de los distintos cortes. Y el asado no va a volver frenando la producción ni las importaciones, sino poniendo en marcha un proyecto económico serio del que el país carece desde por los menos 2005.

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La promesa de "la vuelta del asado" sigue incumplida, más allá de que la carne aumento mucho menos que la mitad del resto de los precios: 94,8% de inflación contra 35/40% de los distintos cortes. Y el asado no va a volver frenando la producción ni las importaciones, sino poniendo en marcha un proyecto económico serio del que el país carece desde por los menos 2005.

El aumento del kilo vivo en el mercado de hacienda de Cañuelas aumentó entre un 35 a 40% desde que empezó el año, esto ha generado muchas discusiones entre productores, que lo ven positivo, y el Gobierno preocupado porque incidirá directamente en los índices de inflación.

Siempre ha sido controversial el precio de la carne entre ganaderos y frigoríficos con algunos gobiernos, porque influyó en el alimento base de la mesa de los argentinos e incidió significativamente en el aumento de la inflación. Las relaciones entre productores y gobiernos son complicadas, a veces por razones ideológicas y, la mayoría, por el desconocimiento generalizado de la política de ciertas normas elementales. De ahí que los intentos oficiales por bajar los precios fracasen sistemáticamente, ya que los gobiernos buscan achicar los aumentos sin contener a la inflación, primero. Por eso, no tienen en cuenta los aumentos de los costos, incluidos los impuestos que los gobiernos multiplican, para crear una "sensación de estabilidad".

El aumento del precio de la carne incide directamente en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), por cada 10% que se encarece la carne, el IPC aumenta 0,9% y si solo se traslada el 30% al precio final, ya tenemos un incremento de la inflación del 2,7%

Será tarea de los frigoríficos y carnicerías analizar cómo inciden estos aumentos respecto al consumo, si disminuyen drásticamente los mismos tendrían que ser graduales.

De confirmarse este registro, el índice de inflación de enero y febrero, solo con el aumento de la carne desarticularía el escenario planteado por el ministro Sergio Massa, que afirmó que habrá una desaceleración de la inflación en los próximos meses.

El aumento ya empezó a trasladarse a las góndolas y esto generó un gran impulso a la inflación, y si observamos que el precio de la carne fue un aliado del gobierno durante el año pasado, porque actuó como ancla en la determinación de los índices, ahora puede convertirse en su mayor enemigo, justamente en el marco de la campaña electoral.

Y fue justamente es este último año que se vivió una situación atípica, ya que la fuerte sequía padecida modifico los planes de producción y en la mayoría de los casos obligó a vender el ganado anticipadamente, ocasionando que los aumentos de la carne en los mostradores no siguieran a la inflación y estuvieran por debajo de esta. Durante 2022, por efecto de la sequía, que obligó a adelantar las ventas y produjo una sobreoferta, el precio de la carne se incrementó entre el 35 y el 40%, mientras que la inflación fue del 94,8%, es decir muy por debajo de la suba general que sí afectó a toda la estructura de costos de la producción ganadera. Este atraso impidió que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) elaborado por el Indec superara cómodo el 100% anual. El oficialismo pudo así celebrar como un éxito ese 94,8% (sorprendente festejo, ¿no?).

Pero hoy la discusión y el planteo de los productores pasa por no utilizar la palabra aumentos de los precios de la carne y sí utilizan el termino recuperación.

Si nos atenemos a los datos del Indec la inflación entre diciembre de 2020 y diciembre de 2022, del 144%. Y en ese período la carne habría mostrado aumentos promedios de 140%. La realidad, en cambio, es que la inflación acumulada en la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner acumula el 300% y, en ese escenario, es difícil elaborar un análisis racional.

La política de manejar precios sin conocer el mercado siempre lleva por el peor camino. En 2021 el Gobierno cerró las exportaciones de carne llevado por el viejo mito de que esa es una forma de evitar las subas en el mercado interior. (Filosofía económica que permitió a Chávez y a Maduro destruir en dos décadas el potencial petrolero de Venezuela). Como la fórmula no funcionó, el reemplazante de Paula Español, Roberto Feletti, obligó a los frigoríficos a realizar ofertas especiales en la última semana de diciembre del 2021. (Cabe recordar que Feletti es el responsable del récord inflacionario de 2022).

Precios Justos

El programa Precios Justos no contempla la carne en el listado y en la página de la Secretaría de Comercio tampoco figura la propuesta de Cortes Cuidados, que mantenía algunos cortes a precios económicos, que fue muy cuestionada por el nivel de abastecimiento y la mala calidad de la carne que se ofrecía. Da la sensación que desde el Gobierno no quieren polemizar con el sector y solo deberán preocuparse por el normal abastecimiento. Si la oferta es normal, lo que está en duda por la disminución de la fecundidad después de tres años de sequía, el precio se irá acomodando. Es probable que falte carne. La duda será conocer cómo reacciona la demanda ante estos aumentos que serán graduales, ya que el consumo per cápita ha disminuido considerablemente.

Para que los incrementos en el precio de la carne no sean tan elevados la Secretaria de Agricultura y de Comercio junto con la AFIP anunciaron un programa de beneficios a los carniceros y a los consumidores, y por otro lado anunciarían la continuidad de la prohibición de exportar hasta el 31 de diciembre de este año los siete cortes de consumo interno, que son asado de tira, vacío, matambre, falda, tapa de asado, nalga y paleta, pese al reclamo de las entidades del campo, que piden que se flexibilice esta medida. Y a despecho de la experiencia de las gestiones de Español y Felleti. Y de la ya histórica campaña de Guillermo Moreno. La recuperación del precio de la carne ha sido festejada porque la necesitaban los criadores y los feed lot venían con quebrantos; así también los que engordan ganado. Los supermercados y frigoríficos tienen el resguardo de sus integraciones verticales con margen para postergar gradualmente las subas en el precio de la carne.

La consultora LCG midió que la inflación de alimentos de las últimas cuatro semanas acumuló 5,9% y no solo la carne preocupa al Gobierno, ya que existen distintas problemáticas que siguen sin solucionar en el corto plazo.

La producción de lácteos apenas crece al 1% anual, muchos tambos han cerrado sus tranqueras y esto acarreará aumentos en los productos derivados de este insumo, como quesos, yogures, etc.

Las frutas y verduras frescas también desvelan al Ejecutivo, ya que durante el pasado año los precios de las frutas aumentaron 129% y las verduras un 174%, otro fracaso flagrante de las diferentes gestiones de la Secretaría de Comercio en una búsqueda obstinada por contener sin éxito los incrementos apelando a las desgastadas fórmulas de Precios Cuidados o Precios Justos.

Los precios del trigo y maíz son también objeto de análisis, ya que, durante la sequía, la prórroga de los envíos al exterior posibilitó que se abasteciera el mercado interno, perdiendo en algunos casos los saldos exportables, ahora la preocupación es el abastecimiento del trigo y del maíz y la probable liberación en la comercialización para los próximos meses, ya que impactaría en las cadenas avícolas, porcinas, lácteas y otras carnes, con la cantidad de fuentes de trabajo que crean

Pero el Ejecutivo tiene poco margen para seguir cerrando las exportaciones, porque le faltan dólares y no tiene un proyecto estratégico para la producción, el comercio exterior y el abastecimiento interno. Y no lo va a tener mientras siga creyendo que la inflación la generan los que producen y los que comercian.

 

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