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Piden ayuda urgente para una "copa de leche" Camino a Colón

Ante la suba en los precios de los alimentos y la llegada del invierno piden comida, ropa y frazadas.
Domingo, 21 de mayo de 2023 15:03

El merendero comunitario Pan de Vida necesita ayuda urgente. Todos los miércoles brinda la "Copa de Leche" en una finca de la ruta provincial 24, más conocida a la ruta a Colón, en el km 10, cercano a La Silleta.

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El merendero comunitario Pan de Vida necesita ayuda urgente. Todos los miércoles brinda la "Copa de Leche" en una finca de la ruta provincial 24, más conocida a la ruta a Colón, en el km 10, cercano a La Silleta.

Si bien la llaman copa de leche, es simbólico porque brindan lo que pueden. Se trata de una merienda abundante donde la base es un sabroso mate cocido con cedrón y poleo, que puede incluir frutas, mazamorras o arroz con leche, panes como bollos o tortas fritas, leche líquida y si pueden llevan yogur.

Sucede que los beneficiaros son algo más de 100 niños que llegan a ese lugar luego de las 18, a la salida del turno tarde de la escuela. Para tener una idea del volumen, ellos destinan 37 litros de yogur que, al precio actual promedio, serían algo más de 20 mil pesos.

El lugar es una antigua casa de trabajadores del tabaco que fue prestada por el propietario de un campo para que la organización del comedor brinde el refuerzo alimentario.

Se debe saber que el merendero brinda un almuerzo de domingo en el pueblo de La Silleta. Por la crítica situación económica, la suba de los precios de los alimentos y la vulnerabilidad de las familias vinculadas al trabajo en los campos del Valle de Lerma, los amigos solidarios vieron la necesidad de ampliar su trabajo en el territorio. Ante el evidente hambre de las niñas y niños decidieron meterse en más desafíos, cortar la semana y brindar ese refuerzo de ayuda los miércoles.

Los domingos brindan comida a 250 personas, entre niños, padres y adultos mayores. Los miércoles entonces se convierte en todo un desafío. Entonces se metieron en el territorio donde viven esas familias y fueron viendo más necesidades que se mantienen veladas, ocultas pero latentes.

"Cuando fue la cuarentena hubo mucha gente que se quedó sin comer porque no había actividad alguna. Fue desesperante y entonces decidimos salir a entregar bolsones alimentarios en la zona en donde viven las familias y ahí comenzamos a ver otras necesidades. Es por eso que luego, y ante esta inflación más alta en el precio de la comida, es que decidimos meternos en este lío tan hermoso que es brindar la copa de leche los miércoles, a las 18", dijo Jimena Calafiore, quien es la que comanda al grupo de amigos solidarios anónimos que viene trabajando desde de hace años.

Comenzaron con la copa de leche en noviembre del año pasado. La convocatoria se realizó en un árbol, casi al costado del Camino a Colón. Luego consiguieron prestada la casa y ahí la cosa mejoró.

Más de 7 madres del lugar sumaron a trabajar palmo a palmo con Calafiore y se agregaron algunos padres para el trabajo de acondicionar la casa prestada para la copa de leche. "Yo no tengo más que palabras de agradecimiento por el préstamo de la casita", dijo Calafiore.

Paisaje

El Tribuno fue invitado a compartir una tarde de copa de leche en los campos silletanos. El lugar es un claro en medio de las plantaciones de tabaco y barrios privados que se van desarrollando. Una casa de peonada de otros tiempos, piso de tierra, que se fue acondicionando para recibir a un centenar de niños que llegan disfrutan de una bebida y pan caliente, jugar luego y compartir un espacio de socialización que escapa a la rutina rural. En tiempos de paro docente se siente más la necesidad.

Una cocina que no es cocina, que es una base de hierro con cierta altura para apoyar una sola olla, prender fuego y calentar el mate cocido a leña. Caballetes y tablones, azúcar controlada por las madres, galletas dulces, tortillas fritas y felicidad de los niños que hablan, gritan, ríen y juegan mientras se alimentan.

Alguien, que no se puede decir quién, donó un metegol y la alegría de los niños es indescriptible. Otra familia dona regularmente frutas, que se reparten y hasta cargan bolsas para llevar a la casa. Por estos tiempos, un juguete o una docena de bananas son inaccesibles para esas familias.

Tras los alimentos, tienen luego un campo para salir a jugar. Otro amigo anónimo donó una pelota de fútbol y entonces juega un equipo de 10 niños versus otro de 25 niñas. Jimena Calafiore sirve el mate cocido, reparte juguetes, las frutas y abre la puerta para salir a jugar. Es árbitro en ese picadito de niños felices que juegan hasta que ya nada se ve.


Invitan a más amigos a acompañar en la tarea


Los pedidos puntuales del merendero Pan de Vida son dos: comida y abrigo, pero de a poco se van diversificando en muchos otros. Las necesidades son grandes.

Ellos piden de manera urgente alimentos, desde harinas, aceites, azúcar, maíz para la mazamorra, arroz, yerba. Leche, quesos y yogur que tanta falta le hace a los niños son siempre bien recibidos. También piden frutas porque en su dieta casi no existe.

Por otro lado, ante la llegada inminente del invierno con sus bajas temperaturas piden todo tipo de vestimenta de abrigo, especialmente para los niños. También se necesita calzado. Hay una premisa que tienen que es conseguir frazadas y ropa de cama. La semana pasada apareció otro amigo solidario misterioso y donó colchas que sólo alcanzaron sólo para a una por familia. Ahí se enteraron que existe una gran falta de camas; muchos hermanos duermen juntos. Entonces siempre apelan a donaciones de colchones y de camas.

Lo que también necesitan son ollas, pero cualquiera que vaya se dará cuenta que necesitan una cocina. Utilizan leña que los padres buscan en los campos. También necesitan vasos, platos, cubiertos, manteles, sillas, cucharones; de todo lo que uno imagine.

 

Para saber cómo ayudar se pueden comunicar con Jimena Calafiore al 0387 155 825661, o con César Aguierre al 0387 155 492011, a cualquier hora. Son importantes las donaciones, pero también se necesitan más manos para ir a acompañar y ver con propios ojos el trabajo de los amigos solidarios.

 


Juguetes y deportes

A medida que uno está en ese territorio se va dando cuenta de las necesidades. Rápido salió la necesidad de acompañamiento pedagógico para las tareas de la escuela, luego se dieron cuenta que no tiene útiles escolares ni ropa para educación física. Entonces se suman tareas, enseñar y buscar más cosas.

Otra dato: son infancias con muy pocos juguetes. Entonces juntan todos tipo de juguetes que los niños esperan con desesperación la llegada de los vehículos. El lugar se viste de colores con los juguetes que se comparten y entonces la rutina se transforma en alegría.

El encuentro con otros niños y una pelota de fútbol transforma todo. "Yo sueño con tener dos equipos con camisetas y pelotas, con arcos y que vengan otros equipos a visitarnos. Salir a jugar a otro lugar y llevar a los niños que conozcan otras realidades", sueña Calafiore sabiendo que alguien leerá, se le romperá el corazón y se trazarán lazos de solidaridad.

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