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16 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Malhumor social en las elecciones

Miércoles, 21 de junio de 2023 02:36

El humor social en la Argentina es negativo; así lo reflejan estudios propios y de otras fuentes, entre ellos la encuesta de satisfacción política y opinión pública realizada por la Universidad de San Andrés entre el 19 y 26 de mayo, que estima que el 89% de los argentinos expresan un estado de insatisfacción con la situación general del país. Este alto porcentaje es similar a mayo del 2019, durante la gestión de Mauricio Macri, cuando el 88% de la sociedad se manifestaba insatisfecha, pero con la transición entre el cambio de gobierno por la finalización de la gestión Macri y la vuelta del kichnerismo en la figura de Alberto Fernández.

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El humor social en la Argentina es negativo; así lo reflejan estudios propios y de otras fuentes, entre ellos la encuesta de satisfacción política y opinión pública realizada por la Universidad de San Andrés entre el 19 y 26 de mayo, que estima que el 89% de los argentinos expresan un estado de insatisfacción con la situación general del país. Este alto porcentaje es similar a mayo del 2019, durante la gestión de Mauricio Macri, cuando el 88% de la sociedad se manifestaba insatisfecha, pero con la transición entre el cambio de gobierno por la finalización de la gestión Macri y la vuelta del kichnerismo en la figura de Alberto Fernández.

Así las cosas, la insatisfacción comenzó a disminuir con la lógica de la esperanza por el cambio político. Alberto Fernández, asumió en diciembre de ese año, bajando la insatisfacción al 42% en marzo del 2020, momento previo a la declaración de la pandemia. Ese configuró el valor más bajo de insatisfacción registrado por la Universidad de San Andrés desde el inicio del gobierno de Macri y durante el gobierno de Alberto Fernández, con valores similares de insatisfacción (45%) entre setiembre y octubre de 2017; a continuación, esta condición fue creciendo.

Este fenómeno, que se viene profundizando en Argentina, ocurre también en gran parte de Latinoamérica, y por ende se vota por descarte o simplemente no se concurre a votar. El nivel de desaprobación de la actual gestión del presidente Fernández ha superado al máximo que tuvo Macri en el final de su administración (69% Macri, 81% Fernández). Estos altos valores de insatisfacción que se registran en Argentina se correlacionan con las principales preocupaciones socioeconómicas, tales como la inflación, la inseguridad y la corrupción.

De acuerdo con estudios propios, a diferencia de la mayoría de los países latinoamericanos que comparten como principal preocupación la economía, debido a la falta de puestos laborales y una canasta básica costosa, en Argentina la preocupación en este tópico se da por la inflación creciente y sus consecuencias, además de la falta laboral se comparte la preocupación por la inseguridad creciente, consecuencias de una crisis económica, y por una corrupción reinante que genera una crisis socioeconómica. En definitiva, es la economía.

En este clima se vienen desarrollando las elecciones en distintas provincias argentinas y así se presentan las próximas elecciones presidenciales, por lo que es importante prestar atención al humor social. Claramente, estos estudios no han evaluado aún el impacto de la desaparición en Chaco de Cecilia Strzyzowski, un hecho que involucra a una familia muy cercana al gobierno de Jorge Capitanich, y mucho menos, qué efecto produjo en las PASO del domingo pasado en esa provincia.

El miedo

De acuerdo a estudios realizados, se registra miedo, acompañado de una sensación de frustración, que decanta en enojo.

El miedo tiene como raíz el temor generado por la crisis económica y la vorágine inflacionaria del país, que impacta en la economía familiar causando incertidumbre económica, aumento de la inseguridad y deterioro de los servicios, entre ellos la salud y la educación. El sentimiento de frustración se relaciona con la percepción de insuficientes medidas de castigo real para combatir la delincuencia, el mal estado del servicio de Salud Pública y la falta de medidas contra la corrupción, en un país que se percibe rico en recursos naturales y otros, y por ende con los medios para hacerlo. Este contraste entre tener y no actuar causa frustración y consecuente enojo. No hay percepción ni esperanza de mejora en la vida de los ciudadanos. También parte de este malhumor social se relaciona con el sentimiento de apatía que tiene raíz en la falta de esperanza en la mejora y progreso, con un país donde se percibe que el problema económico consiste en:

* Falta de empleo, el que hay es inestable y está mal pago.

* Temor constante de perder el empleo.

* Desesperanza para conseguir empleo o mejor empleo.

* Desesperanza para la mejora de sueldos.

A estos problemas se le suman los referidos a la inseguridad por aumento de asaltos en la vía pública y en viviendas, creciente actividad del narcotráfico, falta de valores y corrupción generalizada, incluso en los ciudadanos.

Elecciones en Salta

Respecto a las elecciones a gobernador realizadas en Salta el pasado 14 de mayo, también el contexto fue negativo en cuanto al humor social, donde ninguna gestión, nacional, provincial o municipal estaban calificadas positivamente. El votante concurrió a las urnas significativamente molesto por la frustración, miedo, angustia y falta de esperanza. Es así que la principal motivación de voto fue elegir por descarte, y no por apoyo o aprobación de gestión. Tampoco hubo voto castigo, sino que hubo voto desesperanzado y con la percepción de una oferta pobre en la figura de los candidatos. Ante la pregunta sobre las razones de voto, fueron muy escasas las respuestas de "voté a tal candidato por sus propuestas", la mayoría respondió que eligieron porque los otros no son mejores o para evitar votar en blanco.

Esto refleja el grado de inconformismo y desesperanza que se suma a los que respondieron que no asistieron a votar porque consideran que no sirve para nada hacerlo. Si bien el resultado electoral muestra que el gobernador Gustavo Sáenz hizo buena elección y prácticamente mantuvo porcentualmente su caudal electoral respecto a la elección anterior, obtuvo 6 puntos menos y con diferencia significativa con el segundo, lo cual refleja buen resultado, sobre todo si se tiene en cuenta el desgaste natural al que todo gobernante está expuesto; 6 puntos representan poco desgaste.

Pero eso no debe hacer perder de vista la perspectiva sobre en qué nivel de humor social se desarrolló la elección. Y, con el ánimo de ser objetivo, es importante analizar los resultados sobre el padrón total de votantes habilitados: el Dr. Sáenz obtuvo 31,2%; no asistieron a votar 30,5%; Miguel Nanni 11,3%; Emiliano Estrada 10,6%; candidatos del Frente de Todos 5,3%, candidatos de Izquierda 3,9%, otros candidatos 3,3% y votos en blanco y nulos 3,9%.

Como los resultados electorales se presentan excluyendo a los que no votaron, los votos en blanco y nulos, el valor de 31,2% del voto por Saénz se transforma en el 47,5% frente al 17,3% del segundo, que fue el Dr. Miguel Nanni.

Esto tiene correlato con la premisa de por qué se ganó contundentemente una elección siendo alto el porcentaje de insatisfacción, y también es consistente con las manifestaciones y marchas que acontecen actualmente.

 

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