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Muy acartonado. A mí me tocó, por ejemplo, tener condicionamientos a la hora de ponerme alguna ropa.
¿En qué más te condicionaba la tele de ese entonces?
Bueno, primero era eso, estar acartonada, porque era otro tipo de televisión. No había que hacer ningún tipo de comentario, pero ninguno. Limitarte a lo que te daban escrito en un papel para leer una información determinada, o sea la improvisación prácticamente no existía. Había muy poca improvisación en un informativo, de eso estoy hablando. Tenías que limitarte a informar. En cuanto a la vestimenta, no tener los hombros descubiertos, llevar siempre un traje, un saco cerrado, es decir, un montón de cosas que formaban parte de la televisión de antes. A mí me tocó, y con el tiempo se fue todo relajando un poquito más. Yo prefiero este tipo de televisión más relajada, sin caer en la vulgaridad.
¿Cómo sentís la recepción del público a una tele mucho más descontracturada?
La gente me parece que lo disfruta mucho más. Porque para mí ese tipo de televisión o ese tipo de periodismo o comunicación te permite acercarte más a la gente. O sea, uno se siente más cerca de la gente que marcando una distancia. Antes la gente que trabajaba en la televisión era como ¡guau! pero somos ciudadanos comunes que tenemos un trabajo, que hemos elegido la labor de informar y de tratar de llegar con la información a la gente. La imagen que vos podés dar y podés ofrecer es lo que muchas veces pone distancia.
¿Qué te dice la gente en la calle?
Cosas lindas. Recibo bastante cariño y eso me ayuda. Es como una devolución porque uno está acostumbrado a estar detrás de una cámara, sabés que está llegando a muchísima gente. Sabés que hablás a la cámara y le estás hablando a un ciudadano común que te está escuchando y está esperando de vos que le cuentes lo que está pasando, que seas creíble, que seas confiable. Yo creo que la gente lo recibe mucho mejor porque para mí es una forma de acercamiento y además siento el cariño y el respeto de la gente.
A veces los periodistas renegamos de los horarios, de los temas que tratamos, ¿de qué renegaste alguna vez del oficio?
Mirá, lo que renegué del oficio fue en un comienzo. Yo empecé muy jovencita, a los 25, la edad que hoy tiene mi hija. Imagínate a una joven de 25 le gusta salir y yo cuando empecé tenía horarios que eran totalmente incompatibles con las salidas nocturnas, por ejemplo. Los feriados y los fines de semana tenía que estar full time, disponible. Yo creo que todos lo pasamos en algún momento. Entonces yo renegaba muchas veces de eso, por ejemplo, de tener que trabajar un feriado, de tener que madrugar a las 6 de la mañana un sábado. Yo empecé en Radio Salta. Como era nueva, era joven, tenía el turno de apertura de transmisión, a las 6 de la mañana, sábados y domingos. En ese momento yo estaba haciendo locución, empecé así, soy locutora nacional. Me despertaba a las 5 sábado, domingo, feriado, fiestas. En un principio me costó. Después ya me fui acostumbrando. Ya llevo 35 años de trabajo y sé que no hay feriados. Muchas veces me tocó trabajar para los 25 de diciembre, 1 de enero y tener que estar a las 9 de la mañana en el canal. Entonces son esas cosas que para ahí te hacen un poco de ruido, pero bueno uno las incorpora porque son parte de la profesión y uno sabe cuando se mete en este camino, sabe cómo viene la mano.
Empezaste entonces a los 25 años en la radio, ¿cómo era la radio en ese entonces con respecto a la presencia de mujeres periodistas, locutoras?
Costaba un poco acceder a los medios, porque había pocas mujeres locutoras. Y a mí me pasó, y siempre lo digo, la mayoría de las veces trabajé con compañeros varones. Cuando estaba en radio era quizás un poquito más. Radio Salta se nutrió de más mujeres. Actualmente, en el canal son muchos más varones que mujeres.
Si tuviéramos que escribir un libro sobre la historia de la televisión en Salta, vos tendrías un peso importante. ¿Ves es eso?
No, no, la verdad que no. Yo creo que lo hice más que nada porque seguí mi vocación desde siempre. Miraba más allá de eso, tenía como objetivo lo que quería hacer. El tema es tratar de llevarla lo mejor posible, de pilotear. Nunca pasé situaciones incómodas y llegué donde estoy con constancia, perseverancia y con vocación, sobre todo.
Con todos estos años de recorrido, si pudieras hablarle a la Emilce de 25 años que comenzó en Radio Salta, ¿qué le dirías?
Mira yo le diría, en realidad a cualquier persona y en este caso puntual estamos hablando sobre medios de comunicación, que siga una vocación, que lo hagan con cariño, con profesionalismo, con seriedad porque es la única forma de poder llegar a la meta que uno se propone. Yo creo que eso es la base de todo. Yo lo puse en práctica y me sirvió. Yo represento a un medio, en este caso Telefe Salta, que es creíble porque tiene que ver con eso, con la seriedad a la hora de informar, con corroborar la fuente, con corroborar la información. Hoy quizás sea más difícil el tema de confirmar una noticia, por ejemplo, con todo el tema de las redes sociales, que es tremendo. Si bien es cierto que la tecnología ha venido para dar un cambio importantísimo en los medios y es una maravilla porque hoy tenemos acceso a un montón de cosas que antes no había, pero también tenemos otro desafío, el desafío de poder confirmar la veracidad de una información
Vos que estás en el corazón de la tele, ¿cómo crees que será ese medio de acá 10 años o 15 años?
No sé, pero creo que muchas cosas se dicen y... ¿qué pasará? ¿Seremos reemplazados por la inteligencia artificial? ¿Estará un robot sentado en un informativo o en una mesa dando noticias? No sé, no creo. Ya vimos algunas imágenes de ese tipo, pero bueno, ojalá que no.
Si querés referirte a la tele nacional o también hablar de otros programas locales, ¿qué no te gusta de la tele?, ¿qué criticás?
No me gusta la vulgaridad en la tele. Yo creo que uno puede tener cordialidad, puede tener un lenguaje coloquial, puede tener un lenguaje de cercanía, de amistad con los televidentes, con los oyentes, pero eso tiene un límite. Me parece que por ahí hay mucha liviandad en lo que se dice, en las palabras que se utilizan, y ojo, no pasa ni por ser formal ni estructurada. Me parece que es por el respeto que uno le debe a la audiencia. Hay un límite, hay cosas que no comparto en ese sentido. Y hoy también ha virado tanto la televisión que vos fíjate que los programas que más captan la atención son los programas de entretenimiento o los programas que tienen que ver con el mundo de la farándula.
En el canal que trabajás, en Telefe Salta, salieron varias figuras políticas. ¿Te interesa la política? ¿Te propusieron ser candidata? ¿Te moviliza?
No, no me interesa. Yo creo que para poder incursionar en política, para poder ser un político y representar como corresponde al pueblo, a la gente, y cumplir una función se necesita mucha preparación desde antes, desde mucho tiempo atrás. Vos ves que cierta persona tiene un perfil político pero no yo, me quedo donde estoy, que estoy muy bien. Disfruto mucho lo que hago.
A veces está en el imaginario que antes los conductores de noticieros se vestían de manera formal de la mitad del cuerpo para arriba. Nos imaginábamos conductores que se ponían solo una camisa y corbata y abajo un jogging.
Es que eso pasó, eso me pasó a mí también. Antes estábamos atrás del escritorio y no nos levantábamos jamás. O sea, era impensado que te levantes a presentar una noticia en la pantalla o en medio del estudio. Entonces me pasó personalmente, que yo también estaba bien vestida de la cintura para arriba y abajo tenía un jogging con zapatillas. Nos pasó a todos.
No es un mito
No, no es un mito, me pasó a mí, nos pasó. Nos sentíamos seguros porque no nos teníamos que mover de la silla. Ahora si pasaba algo... menos mal que no hubo temblores. Me pasó dos veces de pasar temblores en medio del informativo. Yo tengo pánico a los temblores. No sé si uno pone en práctica todo lo sabe cuando hay un temblor. Pero estaba haciendo el informativo y sentí que el piso tuvo un movimiento ondulatorio. Yo me quedé quieta y pasó. Si hubiera demorado un poquito más no sé qué hacía, pero pasó muchas veces que se vivieron temblores en el canal y más de uno salió afuera.
¿Cuál es tu cable a tierra?
Mi cable a tierra es mi familia, me gusta mucho la actividad física y ese es mi cable a tierra. Entreno todos los días o día por medio. Tengo una conducta.
¿Te queda algo por hacer o quizás plantear un nuevo proyecto?
Vos sabés que muchas veces me lo planteo, me lo pregunto, los desafíos se me presentan y se me presentaron en estos últimos tiempos de cumplir quizá otros roles. Yo como decía comencé siendo locutora de radio. La televisión me fue llevando por propuestas que me iban surgiendo. Y de repente me encontré haciendo tareas periodísticas. Siempre son desafíos, lo que hago me gusta. Yo estoy ocupada toda la mañana, pero el resto del día también me gusta ocuparlo para mí, tener un tiempo para disfrutar con mi familia, y de no atorarte con el trabajo las 24 horas del día. De por sí nosotros que estamos dentro de la información es como difícil despojarse. Muchas veces estás haciendo lo que te gusta pero estás pendiente del teléfono y ya te llega una información y te llega algo y estás contactado. Desde la pandemia quedó el home office, y si bien es cierto que no estoy durante la tarde en el canal, pero sigo conectada.