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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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"No se puede dejar de hacer ciencia y tecnología si queremos tener un país soberano"

Lunes, 11 de septiembre de 2023 01:58

Mientras que la actual coyuntura política llevó a que se ponga en debate la existencia de organismos estatales como el Conicet, investigadores locales lograron un premio nacional que promueve el acceso a la Justicia de las comunidades wichis.

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Mientras que la actual coyuntura política llevó a que se ponga en debate la existencia de organismos estatales como el Conicet, investigadores locales lograron un premio nacional que promueve el acceso a la Justicia de las comunidades wichis.

"Estos momentos políticos ya los hemos pasado", aseguró Raúl Becchio, director del Conicet Salta - Jujuy, quien además destacó que "en todos los países las investigaciones son promovidas y desarrolladas en su inicio por el Estado", para luego ser tomadas por el sector empresarial e industrial. "El sector privado se nutre de los recursos humanos científicos", destacó. A la par contó que investigadores locales trabajan desarrollando diferentes proyectos, entre ellos investigaciones para la explotación del litio y "la menor utilización de agua". En este sentido destacó que en Salta los y las investigadoras locales están "hasta en los hospitales".

El especialista maneja un equipo de más de 700 personas y sentenció: "No se puede dejar de hacer ciencia y tecnología si queremos tener un país soberano".

¿Cómo es la situación del Conicet en Salta y Jujuy?

Se fortaleció mucho en los últimos años y cuenta actualmente con 700 personas, entre investigadores, becarios, personal técnico y administrativo. La mayor parte de eso, el 40% o más son becarios, que son personas que se recibieron de una carrera de grado, que postulan mediante un plan de trabajo de investigación para entrar al organismo bajo la dirección de investigadores y se doctoran o posdoctoran en 3 o 5 años, según el plan de trabajo.

Estamos en 10 institutos de la Universidad Nacional de Jujuy y en la UNSa y también existen investigadores que están fuera de las unidades ejecutoras, en organismos de ciencia y técnica a nivel regional, como en el INTA, Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar), otras universidades nacionales, también en la Universidad Católica. Tenemos la particularidad de que en Salta también están en hospitales, como el Oñativia, el Materno Infantil y el Papa Francisco.

¿Qué proyectos se gestan?

Los temas de investigación tienen que ver mucho con nuestro territorio, donde muchos de ellos tienen una fuerte transferencia hacia los sectores socioproductivos, existen proyectos de energía fotovoltaica o solar, proyectos vinculados con el almacenamiento energético a través de baterías de litio, métodos alternativos de explotación de litio que apuntan al menor uso del recurso agua. También sobre el acceso al agua de calidad, al agua segura, con comunidades del Chaco salteño, proyectos de investigación sobre aspectos relacionados a la sustentabilidad, como el aprovechamiento de recursos naturales relacionados con la minería, riesgos naturales como deslizamientos, terremoto, erupciones volcánicas y, por supuesto, aquellos proyectos transversales vinculados con las ciencias sociales, sumamente útiles para determinar cierta vulnerabilidad como en pobreza o educación.

Se puso en discusión la existencia del Conicet...

Estos momentos políticos ya los hemos pasado en el Conicet, donde se cuestiona la ciencia y tecnología. Considero que tiene que ser un rol de una política de Estado. Existen investigaciones de base o aplicadas que nunca va a llevar adelante el sector privado. En todas parte del mundo -existen innumerables ejemplos de países desarrollados- las investigaciones, de las que disfrutamos sus resultados día a día, están financiadas en su inicio por el Estado. Luego son tomadas por el sector empresarial e industrial, que lo mejora y lo diseña desde lo comercial. Pero en ninguna parte del mundo el inicio de esas investigaciones son desde el sector privado. Pero no solo es el Conicet, sino todo el sistema científico del país que son 16 organismos en los que también están las universidades.

"En todas parte del mundo la investigación, de la que disfrutamos todos los días, está financiada en su inicio por el Estado. Luego las toman los privados".

El sector privado se nutre de los recursos humanos especializados, muchos formados a través del financiamiento del Conicet y de las universidades. Muchos de los recursos humanos van a la industria del litio, por ejemplo, pero también a organismos del Estado que tienen que ver con generación de información como índices de pobreza, de agua, que son insumos para la toma de decisiones políticas y de gestión. No se puede dejar de hacer ciencia y tecnología si queremos tener un país soberano con desarrollo propio y nuestras provincias juegan un rol importante.

Investigadores locales ganaron dos premios nacionales.

Sí, el premio Ingeniero Nívoli, que se llama así en reconocimiento a la primera persona que puso en valor la transferencia de tecnología en el Conicet, eso fue en el año 1985. Marcelo Nívoli era principalmente militante político y de derechos humanos. Pero además vio que el conocimiento debía transferirse, y el Conicet trabaja en esa vinculación, generando una gerencia de vinculación tecnológica y en los últimos años generó una nueva estructura de vinculación tecnológica regional y con una fuerte presencia en territorio.

Se hizo una convocatoria a nivel nacional y se recibieron 80 postulaciones de todos los ámbitos. Se hizo una evaluación con diferentes miembros y nosotros tuvimos la satisfacción de que regionalmente obtuvimos un primer premio, en reconocimiento y experiencia de vinculación tecnológica, en la categoría Justicia y Derechos Humanos.

El proyecto que ganó es una diplomatura de interpretación bilingüe wichi- castellano para el acceso a la Justicia. Ganó el primer premio a nivel nacional en la modalidad "Experiencia de vinculación tecnológica".

¿De qué se trató el proyecto ganador?

Con la falta de entendimiento a las lenguas no se garantiza el acceso a la Justicia. Se trata de una diplomatura de aproximadamente año y medio de duración, donde estudiantes de la comunidad wichi, que creo que actualmente hay 38, realizan interpretación bilingüe intercultural de la lengua wichi, porque la cosmovisión wichi está muy relacionada a la lengua. Nosotros nos movemos con una dinámica totalmente diferente a la de las comunidades y por eso mismo se pueden cometer gravísimos errores. Como anécdota, el otro día un wichi me decía que, por ejemplo, a veces les preguntan cosas y entienden la pregunta, pero no pueden contestar no porque se nieguen a hacerlo, sino porque no pueden contestarla, y se puede cometer un grave error.

Los estudiantes toman clases mediante la Facultad de Humanidades. Es un proyecto de ICSOH que es el Instituto de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades que depende del Conicet y la UNSa. Hay varias personas involucradas, pero la diplomatura tiene como responsables principales a Macarena Ossola y Catalina Buliubasich y la Asociación Civil Tepeyac, de Morillo. Se hicieron visitas al Poder Judicial, se interactuó con los jueces y se firmó un convenio marco entre el Poder Judicial y el Conicet, con el programa "Ciencia y Justicia", del que la diplomatura es parte. Se habla de una segunda etapa para hacer pasantías la Justicia.

También obtuvimos una mención especial a la implementación del protocolo de Nagoya en Salta. Se hizo un desarrollo de régimen normativo para acceder a los recursos genéticos que estuvo a cargo del doctor Fidel Pérez, coordinador regional de vinculación tecnológica del Conicet, y el ingeniero Daniel Romero, encargado de Oficina de Vinculación Tecnológica del Conicet Salta/Jujuy.

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