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Los objetivos del desarrollo sostenible

Martes, 12 de septiembre de 2023 01:44

La pobreza, el hambre, la falta de agua y las guerras multiplican en estos días el número de refugiados en el mundo. El Acnur, la Agencia de la ONU para los Refugiados estima que, en estos días, hay 21,4 millones de personas en esa situación en las Américas. En nuestro país, con casi veinte millones de pobres y cuatro millones de indigentes, el escenario social es grave y nos coloca muy lejos de los objetivos internacionales para lograr un mundo con mucha mejor calidad de vida para todos.

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La pobreza, el hambre, la falta de agua y las guerras multiplican en estos días el número de refugiados en el mundo. El Acnur, la Agencia de la ONU para los Refugiados estima que, en estos días, hay 21,4 millones de personas en esa situación en las Américas. En nuestro país, con casi veinte millones de pobres y cuatro millones de indigentes, el escenario social es grave y nos coloca muy lejos de los objetivos internacionales para lograr un mundo con mucha mejor calidad de vida para todos.

En estos tiempos de política y de Milagro en Salta, me parece doblemente oportuno recordar qué son los Objetivos de Desarrollo Sustentable como generadores de derechos y como un estímulo para reflexionar y pensar por qué no se cumplen, a pesar de habernos comprometido formalmente, como Nación, a hacerlo. Y, también, por qué los seres humanos somos reacios a la solidaridad y a pensar y actuar de manera positiva para el bien de todos.

El 25 de septiembre de 2015, en la ONU, los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales como agenda de desarrollo sostenible para asegurar la paz, la vida sustentable, y proteger el planeta además de asegurar la prosperidad para todos. La Argentina se encuentra entre las Naciones que adhirieron a estos objetivos y se comprometieron en alcanzarlos en los sucesivos plazos establecidos.

Son 17 objetivos. cuyo desarrollo se encuentra en el documento de la ONU, y con metas específicas de cada uno, que los países se comprometieron a alcanzar en los próximos 15 años: 1) Fin de la pobreza, 2) Hambre cero, 3) Salud y bienestar, 4) Educación de calidad, 5) Igualdad de género, 6) Agua limpia y saneamiento, 7) Energía asequible y no contaminante, 8) Trabajo decente y crecimiento económico, 9) Industria innovaciones e infraestructura, 10) Reducción de las desigualdades, 11) Ciudades y comunidades sostenibles, 12) Producción y consumo responsables, 13) Acción por el clima, 14) Vida submarina, 15) Vida de ecosistemas terrestres, 16) Paz, justicia e instituciones sólidas, 17) Alianzas para lograr los objetivos

Se trata de realizar un trabajo colaborativo entre las naciones, fundamentalmente entre el norte y el sur para poder obtener un crecimiento equilibrado, para mejorar la calidad de vida logrando una existencia digna para todos los seres humanos del ahora y conservarlo para las generaciones futuras. Esto queda claro con el objetivo número 17. El objetivo número 4, educación de calidad, destaca la importancia que tiene el sistema escolar público para lograr los otros objetivos, porque es el mecanismos más fuerte en el desarrollo de conocimientos y destrezas, y porque supone la más poderosa y genuina política de inclusión. Promoviendo el acceso equitativo y sostenible a la formación profesional, sin discriminación por poder económico y promoviendo una educación de alta calidad se avanza hacia una sociedad más justa, menos fragmentada y más humana.

Esto es importante, reitero, en estos tiempos de tanta bulla preeleccionaria. Los candidatos, las organizaciones civiles y cada ciudadano debemos manifestar que esperamos del país, y enterarnos que piensan hacer en materia educativa, en todos los niveles, quienes aspiran a gobernar el país.

íQue los interrogantes acerca del futuro que nos plantea la inteligencia artificial no nos lleven a descuidar el desarrollo de la inteligencia humana, la madurez intelectual de nuestros niños y adolescentes!

Todos los estamentos educativos, deberían realizar su aporte con propuestas realizables, posibles y superadoras.

Agua limpia y saneamiento, plantado en el objetivo 6. Gran tema, muy relacionado con la pobreza, la carencia de infraestructura, a la salud, a la educación. En un país como el nuestro, donde abunda el agua, no es posible que haya grupos humanos privados del acceso a ese bien esencial. En nuestra provincia todavía hay una gran cantidad de ciudadanos que carecen de agua segura.

El acceso al agua es un derecho humano. Agua potable y de un sistema sanitario seguro, un mandato perentorio de nuestras leyes y de los convenios suscritos por el país, pero ni las sentencias judiciales se cumplen. No es justo ni humano que el agua segura sea solamente para élites urbanas con los mayores niveles de ingresos. Está en contra del objetivo de igualdad y de ciudades sustentables.

Aquí entra también el tema de la producción y el consumo, porque los residuos de las industrias y los que producen las familias en sus hogares son excesivos, algunos altamente contaminantes. Los restos de plástico no reciclable arrojados a la vera de las rutas; los enormes basurales instalados sin ninguna precaución en las inmediaciones de pueblos y caseríos, con sustancias tóxicas y restos de plástico volando o pegados a los árboles; todo esto conforma un espectáculo deprimente.

No es de extrañar que el objetivo número 1 sea el fin de la pobreza. Parece una utopía. Pero las políticas tienen que tender a eso, a mermar la pobreza, a generar riqueza para todos, y con todos. Es solamente con sólidas políticas públicas que los gobiernos deben diseñar. Y la dirigencia política debe demostrar cómo pretenden hacerlo los candidatos, con qué elementos y cuáles herramientas.

No es una simple enumeración de deseos, seguramente se discutió y se llegó a establecer como objetivo número uno, porque se ve tanta pobreza en el mundo, con tantos niños enfermos, desnutridos, con carencias de todo, pero de todo, que ofrece un escenario alarmante y una sombría proyección hacia el futuro.

Parece mentira, pero hoy tenemos exiliados por hambre. Grandes poblaciones que migran porque carecen de comida, de vivienda y de paz en su tierra.

Según un informe elaborado por la Red de Información sobre Seguridad Alimentaria, más de 250 millones de personas padecen hambre aguda y los habitantes de siete países están al borde de la inanición. El Informe Mundial sobre las Crisis Alimentarias elaborado por las Naciones Unidas, la Unión Europea y organismos gubernamentales y no gubernamentales es lapidario. En la Argentina, tierra del trigo y la carne, viven cuatro millones de indigentes, según datos del Indec. Al momento de elaborar los presupuestos de los gobiernos deberían tener en cuenta estos objetivos, que apuntan a garantizar la vida digna de los ciudadanos de los vecinos de las provincias y los municipios.

De cada uno de los objetivos se puede hablar muchísimo, pero sobre todo se puede obrar de mejor manera. Leyes hay, la cuestión es la práctica, el compromiso de los gobiernos de hacerlas cumplir.

Fallos hay y aquí en Salta vemos lo que sigue sucediendo con el río Arenales. Es una vergüenza, que ni los entes obligados a actuar, actúen, y que los ciudadanos muestren tanta indiferencia, por la vida y la salud de la comunidad.

Hice esta reseña, para que todos, desde nuestras incumbencias profesionales, desde nuestra experiencia, de nuestras aspiraciones, de jóvenes y mayores, podamos aportar, sugiriendo, planificando, proponiendo, llevando adelante, en los partidos políticos, las legislaturas, los ministerios, las universidades, los gremios, las ONG. Esas propuesta superadoras que nos hagan ser seres humanos vivos, comprometidos con la sociedad, en la que vivimos, no simples espectadores, sino aportantes de ideas, de acciones para que cada vez seamos mejores.

¿Para qué firmamos como nación cuanto acuerdo internacional se nos presente si no educamos en hacerlos cumplir?

Procuremos pensar en estos objetivos, y señalar cómo llevaremos adelante políticas públicas y generar acciones privadas, para mejorar la calidad de vida de los seres humanos y cómo cuidar el planeta. Nuestra casa común, la única que tenemos, la Tierra, para vivir dignamente en ella.

Hay mucho por hacer para lograr una convivencia sin discriminaciones ni violencia, y con oportunidades genuinas para todos. Ningún rezo ni plegaria nos salvará si nosotros, los humanos, no ayudamos; si no nos comportamos pensando en todos.

 

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