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Al pensar en un envejecimiento saludable se tiene en cuenta la dieta sana, el ejercicio físico, mantener la mente activa, pero poco se considera al sueño. Sin embargo, cumple un rol fundamental. Las investigaciones del Colegio Americano de Cardiología han revelado que tener un sueño de calidad de manera constante puede sumar varios años a la vida de una persona. Dormir bien puede desempeñar un papel importante a favor del corazón, de la salud, de la longevidad y la salud del cerebro.
Además, la calidad del sueño es importante para la memoria y el estado de ánimo, dos factores que pueden verse afectados con el paso de los años. En un estudio con personas mayores de 65 años, los investigadores descubrieron que quienes tenían una mala calidad del sueño padecían más dificultades para resolver problemas y concentrarse.
Otro estudio, que analizó datos de casi 8.000 personas, mostró que las personas de 50 a 70 años que dormían seis horas o menos cada noche tenían un mayor riesgo de desarrollar demencia más adelante en la vida.
No dormir bien también puede empeorar los síntomas de depresión en las personas mayores. Hay nuevas evidencias que sugieren que quienes ya habían sido diagnosticadas con depresión y que no duermen bien, pueden tener más probabilidades de volver a tener síntomas.
La Fundación del Sueño de los Estados Unidos (NFS, por sus siglas en inglés), la cantidad de horas de sueño recomendadas para personas entre 18 y 64 años es de 7 a 9, mientras que en adultos mayores de 65, lo ideal es de 7 a 8.