¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
7 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Reglas del montañismo: "No subestimar la montaña y ni sobrestimarnos a nosotros mismos”

Por Carlo Clerici, presidente del Club Amigos de la Montaña (C.A.M. Salta)
Jueves, 30 de mayo de 2024 08:29
Fotografías Club Amigos de la Montaña
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La triste noticia en estos días que una vida joven quedo en una montaña de la provincia de San Juan, pone en los planos mediáticos a esta actividad, pegando fuerte en la comunidad de montaña como también en parte de la sociedad.

No voy a hablar en particular sobre el caso citado por dos motivos, no tengo la información suficiente sobre el mismo y fundamentalmente por respeto a la familia y a los afectos de la  joven fallecida.

En términos generales puedo intentar aportar que la montaña no es ni buena ni mala, es una fuerte expresión de la naturaleza salvaje o como mínimo indómita. Somos nosotros quienes nos exponemos a ella y con nuestras reglas, ya que posiblemente la misma montaña no las tiene e  intentamos reglamentar la actividad en ella con pautas que muchas veces nosotros mismos no respetamos ni cumplimos.

Realizar aquí un listado de las consideraciones que hacen a cierta seguridad en la montaña resultaría demasiado extenso. Si puedo comenzar apuntando que hay dos principios básicos a respetar: “No subestimar a la montaña” y “no sobrestimarnos a nosotros mismos”.

Dentro de ello fundamentalmente no salir solo es muy importante, la compañía hace a parte de la seguridad; y si opto por la modalidad solitaria, debo tomar ciertas precauciones básicas: dejar a alguien responsable nuestro itinerario o plan de salida lo más completo y detallado posible; camino a seguir con horarios de inicio y regreso. Prever una búsqueda y eventual rescate en el tiempo más corto desde que se origina la emergencia puede ser la diferencia entre la vida y la muerte; para ello hay que saber dónde buscar con la mayor precisión posible. El tiempo pasa a ser la variante crucial en estos casos.

Además de intentar recabar la mayor información posible del lugar donde desarrollare la actividad, llevar el equipo necesarioy apto a su modalidad; un calzado inadecuado, o simplemente carecer de gorro o sombrero, no llevar agua o abrigo suficiente nos pone en serio riesgo. Ni hablar si transitare sobre nieve o hielo hacerlo sin grampones por ejemplo y más si no se usarlos.

La vida urbana nos alejó de la conexión instintiva que teníamos con la naturaleza, la orientación no forma parte ya de nuestras herramientas instintivas y el exceso de confianza en la tecnología  nos produce una dependencia peligrosa. En la montaña alejarnos unos pocos metros de la huella para acercarnos a un curso de agua por ejemplo, puede implicar que al intentar retomar la marcha nos encuentre ya en un escenario distinto que nos resulta desconocido y deja a minutos de estar extraviados.

No se trata de asustar a nadie, solo que en nuestro protocolo de salidas a la naturaleza, ya lo dije que es nuestro y no de la Montaña, apuntemos como prioritario la precaución y el sentido común; si no sabe aprenda y capacítese, haga la experiencia de manera cuidada y acompañada para luego recién evaluar si está en condiciones de hacerlo solo.

Las actividades en montaña son de riesgo, aun así es estadísticamente bajo el porcentaje de accidentes y menos de muertes. Las contingencias siempre comienzan con la toma de una mala decisión, que puede comenzar ya al planificar erróneamente mi paseo antes de salir de casa.

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD