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5 de Diciembre,  Salta, Centro, Argentina
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Argentina ante tres estilos letales: argelia, disciplina europea y paciencia asiática en el Grupo J

La Selección enfrentará en el Mundial 2026 a Argelia, Austria y Jordania, tres equipos con identidad táctica definida, recorridos clasificatorios firmes y un rasgo compartido: no dominan el escenario, pero sí el momento. El debut exigirá control emocional, lectura fina y cero margen para relajaciones.
Viernes, 05 de diciembre de 2025 22:22
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Argentina compartirá la fase inicial del Mundial con tres selecciones que llegan desde geografías, culturas futbolísticas y ritmos competitivos muy distintos, pero con un punto en común: los tres aterrizan con identidad táctica clara, sistemas consolidados y un recorrido clasificatorio que sostiene su presencia entre las 48 mejores del planeta. Argelia regresa al máximo escenario con un bloque veloz y desequilibrante; Austria vuelve tras 28 años con el sello metódico y físico del fútbol europeo; y Jordania vivirá su primera Copa del Mundo con la disciplina de un equipo que aprendió a esperar, golpear y resistir.

Argelia llega como líder indiscutido de su zona africana. Ganó ocho partidos sobre diez, convirtió 28 goles y recibió apenas ocho. Con Vladimir Petković como conductor —el mismo que dirigió a Scaloni en Lazio—, el seleccionado norteafricano propone un juego vertical, abierto y sostenido en sus extremos. Riyad Mahrez vuelve a ser el faro y Mohamed Amoura, revelación en la Bundesliga, aparece como su socio más incisivo. El mediocampo se ordena con Ismaël Bennacer y una estructura táctica que alterna entre el 4-2-3-1 y el 4-3-3, siempre con prioridad por el desborde y la aceleración como arma principal. Es un equipo que llega a toda velocidad y que necesita muy pocos toques para transformar recuperación en ocasión de gol.

Austria es la versión europea más incómoda que podía ofrecer el sorteo para el Grupo J. Clasificó primera, invicta y con apenas cuatro tantos recibidos, mostrando una de las defensas más sólidas del continente. El modelo de Ralf Rangnick no negocia intensidad: presión alta, recuperación en campo rival y transiciones cortas que obligan al oponente a decidir siempre bajo tensión. David Alaba será el capitán y faro defensivo; Marcel Sabitzer, la brújula creativa; y Konrad Laimer, la usina de despliegue. Es un equipo que corre, presiona y repite secuencias con precisión germánica. Su plan no busca controlar el partido sino el pulso emocional del rival, obligándolo a equivocar salida y a desgastar físicamente.

Jordania, por su parte, llega haciendo historia. Será su primer Mundial, construido sobre un trayecto metódico que combinó solidez defensiva, contragolpe y un hito: el 3-0 ante Omán que selló la clasificación directa. Jamal Sellami diseñó un equipo pragmático, basado en un 4-2-3-1 que prioriza cierres, bloque compacto y disciplina táctica. Su fuerza está en la respuesta rápida, en atacar solo cuando el campo se abre y en la velocidad de Al-Taamari y Al-Naimat, dos extremos capaces de aparecer desde atrás y definir en espacios que el rival no anticipa. No disputará posesión; esperará su momento para golpear.

El Grupo J será, para Argentina, un laboratorio de estilos: la electricidad norteafricana de Argelia, la maquinaria centrada en presión y sincronía de Austria y la paciencia letal de Jordania. Tres modos tácticos diferentes, tres rutas clasificatorias que explican su presencia y un mismo mensaje: no habrá margen para relajaciones ni para salidas sucias desde el fondo. La primera fase exigirá lectura fina, control emocional y gestión del ritmo. Argentina enfrentará a rivales que no dominan escenario, pero sí momentos: saben cuándo acelerar, cuándo esperar y cuándo castigar.

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