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Gabi Vázquez: "Las Marrones nació de una herida y es la historia de una identidad sanada"

La actriz salteña protagoniza una nueva propuesta teatral, independiente e inspirada en una vivencia personal. El 28 de junio a las 21:00 habrá una nueva función en Sala del Pasillo, Alvarado 147.
Domingo, 23 de junio de 2024 15:44
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"Las Marrones (o el último día antes del Gorgolato)", es una obra del género absurdo que llega a replantear una problemática social que no cesa: el racismo y la discriminación hacia los "marrones" y cuenta la historia de dos mujeres, que intentan sobrevivir a una cacería mortal y hacen lo posible por permanecer vivas en un mundo que busca eliminar las diversidades.

Gabriela Vázquez, protagonista e ideadora de esta propuesta, junto con los actores Flavia Salim y Gustavo Vergara, Dirección de Arte a cargo de Cata Collado y Música de Alex Vazquez, busca expresar a través de esta obra una parte de su vida que le costó descubrir y también aceptar. Con un guión atrapante, la obra ya conquistó cientos de corazones y se aproxima una nueva fecha, el 28 de junio en Sala Mitad del Pasillo, Alvarado 147 y las entradas se adquieren ese mismo día en las boleterías.

La actriz abrió su corazón en una entrevista con El Tribuno, donde cuenta cómo la necesidad de encontrar sus raíces terminó convirtiéndose en esta obra. Además reflexiona sobre las nuevas formas de hacer humor y el camino a la aceptación de autodefinirse humorista.

¿Cómo nació la idea de esta obra?

Las Marrones nace después de estar en una búsqueda de descubrir mi árbol genealógico. Mi familia es de Guachipas, mi papá nació allí y se vino muy joven a vivir acá. Ahí descubro que mis bisabuelos y tatarabuelos, no tenían documentos porque no pude saber sus nombres para completar el árbol. Eso me transformó por dentro, porque a partir de ahí yo empecé a amigarme con mis orígenes y empecé a valorar realmente de dónde vengo. El mismo país le debe identidad a mucha gente que nació en estas tierras. Y ahí fue cuando empecé a pensar que tengo que hacer una obra de teatro con esto que me pasa. Ahí empecé a buscar con quién trabajar y me encontré a Flavia Salim y a Gustavo Vergara. Empezamos a hacer un trabajo de improvisación, estuvimos meses haciendo trabajo de laboratorio y ensayando prueba y error. Como directora de arte está Cata Collado y en la música y la técnica está Alejandro Vazquez.

¿De dónde sale el nombre de la obra?

El nombre salió por unas primas mías que venían de Córdoba, que eran todas blancas, porque tengo familias de distintos colores y cuando venían a visitarnos acá, le preguntaban a mi tía por qué las primas eran marrones. Nos poníamos a comparar las manitos y sí, éramos de otro color. Eso a mí me quedó siempre grabado de chiquita y cuando surgió la obra, dije que tenía que llamarse Las Marrones.

¿Qué tiene de diferente esta obra al resto de tus trabajos?

A esta obra la siento como mi trabajo más fino, es distinta a todas porque nació de una herida. Esta obra es lo más básico del humor, en esto de haber sanado una herida y poder mostrarla con humor, es lo que creo que siempre quise hacer y no lo sabía y ahora encontré el motivo. Creo que esta obra es mi batallita ganada.

¿Cómo fue armar este proyecto en un contexto social en evolución, en el que se cuidan más las formas de expresarse?

Por suerte el mundo va avanzando y van avanzando muchas cuestiones en cuanto a la comunicación. Cuando pensamos esta obra, decidimos hacerla del género del absurdo, no tuvimos miedo en ir al choque ni de ir al límite, entonces había que trabajar mucho en actuar para que la gente de verdad se ría y no crea o parezca que es una burla, la gente se ríe y después se va pensando en la casa y eso era lo que queríamos lograr. La idea de defender lo marrón tampoco es victimizarnos.

¿Qué es el absurdo?

Es como lo que hacía Antonio Gasalla o Urdapilleta, de ir a lo grotesco, el humor al hueso, al límite y directo. Es un género que me gusta mucho porque el grotesco habla de algo y te lo muestra en carne viva pero para que vos te rías, porque si no sería muy duro hablar de eso. Es el género que tenía que hacerse con esta obra porque habla de un tema muy fuerte, sobre lo que sufrimos los salteños y que no había otra forma de representarlo porque sino sería victimización. Los marrones ya no nos tenemos que victimizar, el color no es nada, no nos condiciona y no nos tiene que limitar a nada porque podemos ser lo que queramos, hoy por hoy podemos llegar a lugares que antes quizás no podíamos.

¿Qué te gustaría que la gente descubra de vos en esta obra?

En esta obra, si bien yo creo que mi lugar en el mundo es el escenario, no siento que esta sea mi ópera prima porque vengo trabajando desde hace mucho tiempo pero si es mi bebé. La gente se me quiere conocer de verdad, tiene que ir a verme al teatro porque ahí va a ver la verdadera Gabi pero en esta obra doy el extra porque está mi corazón también metido, está mi historia de vida. Y estoy orgullosa de lo que soy y eso me costó años de aceptación, de terapia, la sociedad también nos hizo a las personas que somos marrones, sentirnos distintas y a mi particularmente me hizo negarlo mucho tiempo. Así que cuando la gente vaya a ver Las Marrones va a ver a la Gabi en su mayor esplendor.

Ya se estrenó, ¿cuáles fueron las primeras impresiones del público?

Nos dieron devoluciones hermosas, no tuve ninguna crítica fea justamente porque está hecha con humor, si no sería como un golpe muy bajo tal vez. Fue bien recibida también porque el texto es nuestro el texto, fue hecho por personas salteñas y esto también habla de un teatro regionalista, de una identidad en cuanto a nuestra manera de hablar, de expresarnos y esto también lo reconoce la gente. El racismo lo sufrimos todos los días, Salta se cree hegemónica y aristócrata pero la provincia y el país en su mayoría somos marrones.

¿Cómo te llevás con el humor y con la definición de humorista?

El humor es mi lugar de comodidad. No es el género que más me gusta, a mí me gusta el género del drama pero en general elijo temas para trabajar que requieren de humor, porque si no, no hay otra forma de mostrar. A mí me gusta intervenir y que la obra de teatro también interpele al espectador y muchas veces hay que recurrir al humor para esto. A mí me parece una hermosura haber descubierto que soy humorista, antes no me gustaba el término porque yo decía que era actriz. Pero hoy entendí que soy humorista y me encanta, porque llegué a la gente y ayudé a mucha gente también. Y eso hace que hoy valore el ser humorista y agradecer que lo soy.

¿Cómo analizás el cambio radical que atravesó el humor en los últimos tiempos? ¿Tuviste que amoldarte a las nuevas formas?

Por suerte nunca tuve que pensar cómo iba a transformar el humor porque desde que empecé lo que hacía era reírme de mí misma y generar situaciones graciosas con lo cotidiano. Hay humoristas que tuvieron que transformar su show porque buscaban la particularidad de una persona e iban a reírse de eso, ese tipo de humor encubría un montón de cosas feas. Hoy por hoy agradezco que el humor haya cambiado, que ya no nos riamos de las mismas cosas ni tomemos como objeto las mismas cosas. Antes éramos nosotras las mujeres el objeto de la risa, el objeto bonito pero también tonto y agradezco que muchos paradigmas se hayan tirado abajo.

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