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VIDEO. El último adiós a don Hernán Ceballos al ritmo del bandoneón

El pueblo entero acompañó al legendario músico cerrillano. Sus hijos, nietos y bisnietos homenajearon su vida como él la vivió, rodeado de guitarras, bombos y bandoneones.
Miércoles, 03 de septiembre de 2025 07:44
Sepelio de don Hernán Ceballos. Imágenes gentileza Germán Cruz

En Cerrillos no hubo silencio para despedir a don Hernán Concepción Ceballos. Ayer, en la sala velatoria municipal, el adiós se transformó en un homenaje con música. Bandoneones y guitarras rodearon su féretro mientras hijos, nietos y bisnietos dejaron sonar las melodías que marcaron generaciones. Afuera, gran cantidad de vecinos se acercaron para acompañar el sepelio de quien a los 91 años cerró un capítulo de la historia cultural del pueblo.

Porque en Cerrillos, el apellido Ceballos es mucho más que un nombre. Es raíz, memoria y música. La historia familiar se remonta a 1816, cuando Pedro Antonio y Blas Ceballos juraron la Independencia bajo el mando de Martín Miguel de Güemes. Esa gesta, transmitida de boca en boca por don Mariano Ceballos, se convirtió en un relato de orgullo que todavía late en el pueblo.

 

De esa estirpe nació don Hernán, el hombre del bandoneón, el que llevó su música por escenarios, carpas y carnavales, siempre con el corazón puesto en su tierra. Fue reconocido en vida como el último gran bandoneonista nacido en Cerrillos, homenajeado por sus vecinos y distinguido en diciembre de 2024 en el Cabildo de Salta por la Academia de Historia del Instituto Güemesiano.

No estuvo solo en ese camino. Con sus hijos formó el conjunto “Los Ceballitos”, donde el bandoneón se mezclaba con guitarras y bombos para rescatar el legado de figuras como el “Payo” Solá o Marcos Tames. Más que un grupo, fueron el testimonio vivo de que la música también se hereda como la sangre.

Hoy, el silencio de su bandoneón duele en Cerrillos. Pero su eco seguirá sonando en cada fiesta patronal, en las carpas del Valle de Lerma y en los recuerdos de quienes alguna vez bailaron al compás de sus notas. Porque la partida de don Hernán no es un final, sino una melodía que se repetirá en cada generación de Ceballos y en cada cerrillano que reconozca en la música la voz de su tierra.

 

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