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Un violento sismo de magnitud 7,7 sacudió este viernes el centro de Myanmar, dejando al menos una veintena de fallecidos y generando pánico en varias regiones del sudeste asiático. El temblor, seguido por una fuerte réplica, afectó seriamente la infraestructura de la capital administrativa y se percibió incluso en países vecinos.
El terremoto tuvo lugar en horas de la tarde, con epicentro localizado al noroeste de la ciudad de Sagaing y a escasa profundidad, lo que intensificó su impacto en superficie. Pocos minutos después, una réplica de magnitud 6,4 sacudió la misma región, aumentando la preocupación en toda la zona.
En Naypyidaw, capital administrativa de Myanmar, se registraron importantes daños materiales: edificios con grietas, techos desplomados y rutas parcialmente destruidas. El temblor, que duró aproximadamente 30 segundos, provocó escenas de desesperación. Empleados del Museo Nacional evacuaron el edificio en medio de gritos, sollozos y llamadas frenéticas a sus familiares.
“Algunos estaban paralizados por el miedo, otros lloraban y corrían sin rumbo fijo”, contaron testigos presenciales.
El movimiento telúrico no se limitó a Myanmar: se sintió con fuerza en varias ciudades de Tailandia, incluida Bangkok, donde los servicios de transporte público como el metro y el tren ligero fueron momentáneamente suspendidos. En Chiang Mai, una ciudad turística del norte tailandés, vecinos y comerciantes salieron a la calle alarmados por la intensidad del sismo.
También se reportaron temblores en el sur de China, aunque por el momento no se informaron daños graves en ese país. Las autoridades de Myanmar continúan con las tareas de evaluación y rescate en las zonas más afectadas, mientras se mantienen alertas ante posibles nuevas réplicas.