inicia sesión o regístrate.
El conflicto en Medio Oriente volvió a escalar este martes. El ejército de Israel lanzó una nueva ofensiva terrestre en Gaza, apoyada por ataques aéreos y marítimos, con el objetivo declarado de destruir infraestructura de Hamas. Según medios internacionales, tanques y tropas avanzaron en varios frentes, mientras se instaba a la población civil a evacuar zonas densamente pobladas.
Al mismo tiempo, la Comisión de Investigación Independiente de la ONU sobre los Territorios Palestinos Ocupados publicó un informe en el que afirma que existen “pruebas suficientes” para sostener que Israel comete genocidio contra la población palestina en Gaza. El documento señala que se cumplen cuatro de los cinco actos tipificados en la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, incluyendo asesinatos masivos, lesiones graves y condiciones de vida que podrían provocar la destrucción parcial o total del grupo.
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, pidió a Israel detener la ofensiva y alertó sobre “posibles crímenes de guerra y delitos graves”. UNICEF y otras agencias advirtieron que el desplazamiento masivo de cientos de miles de niños hacia campamentos saturados es “inhumano” y que la situación humanitaria es “catastrófica”.
Israel rechazó las acusaciones, calificándolas de “falsas y políticamente motivadas”, y defendió su derecho a actuar contra el grupo terrorista Hamas bajo el marco del derecho internacional. Sin embargo, organizaciones humanitarias insisten en que los bombardeos y restricciones al acceso de alimentos y medicinas agravan el sufrimiento civil y podrían constituir castigo colectivo.
Esta combinación de operación militar intensificada y acusaciones de genocidio eleva la presión internacional y abre un nuevo capítulo en el conflicto, a la espera de una respuesta de la comunidad internacional y posibles medidas en foros judiciales y diplomáticos.