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Otra vez un ave fue víctima de la violencia: matan de un hondazo a un tucán en Tartagal

El lamentable episodio ocurrió en barrio Santa María 1. El animalito murió tras varios minutos de agonía. El ataque reabre el debate sobre el la urgente necesidad de educación ambiental.
Miércoles, 02 de julio de 2025 11:06
Mataron a un tucán de un hondazo

La muerte de un tucán en Tartagal vuelve a exponer una realidad que muchos prefieren ignorar, la brutalidad cotidiana con la que convivimos y la nula empatía hacia la fauna silvestre que aún resiste en entornos urbanos.

El episodio ocurrió en barrio Santa María 1, donde un ejemplar de esta emblemática especie fue herido de gravedad por una pedrada lanzada con una honda. El impacto fue certero y brutal, ya que dio en la cabeza del animal, que agonizó varios minutos antes de morir.

Una vecina documentó la escena y pidió públicamente que cesen los ataques contra las aves. Su gesto contrasta con la indiferencia y con la aparente ausencia de políticas locales de protección animal. El tucán no murió por causas naturales, fue asesinado por la cultura de la violencia que se reproduce con impunidad, disfrazada de juego o de travesura.

No se trata de un hecho aislado. En distintas zonas de la provincia se repiten escenas similares con loros, cardenales, picaflores, urracas, palomas y otras aves que son blanco frecuente de hondas o gomeras. Para algunos, matar pájaros es un pasatiempo heredado; para otros, una manera de entretenerse. La honda, ese instrumento tan precario como peligroso, sigue siendo aceptada socialmente, sin que nadie cuestione su efecto devastador.

En un contexto de crisis ambiental, donde la biodiversidad se reduce día a día y las especies autóctonas enfrentan múltiples amenazas, el uso de hondas no puede ser tolerado.

El tucán, con su pico colorido y su andar curioso, no solo es símbolo del norte argentino, sino también parte fundamental del ecosistema. Su muerte representa una pérdida irreparable, no solo para la biodiversidad sino también para la conciencia colectiva.

Es urgente que las autoridades municipales y provinciales asuman un rol activo en la protección de la fauna urbana. La educación ambiental debe dejar de ser una asignatura olvidada y convertirse en una política transversal, que se aplique en las escuelas, en los barrios y en los medios de comunicación.

Se necesitan campañas de concientización permanentes y sanciones efectivas para quienes dañen a los animales. Hace algunos años con la muerte de “Luchita”, una lechuza que era mascota de los chicos de la escuela de Las Blancas, Cerrillos, se lanzaron campañas para erradicar el uso de las hondas. En San José de Metán, se prohibió el uso de hondas en la zona urbana. El Concejo Deliberante aprobó por unanimidad una ordenanza que restringe su uso. La medida busca proteger la fauna local, prevenir daños a la propiedad y fomentar la conciencia ambiental.  

La muerte de este tucán debería dolerle a todos los salteños. Porque no fue solo una víctima más. Fue una advertencia. Mientras sigamos permitiendo (o mirando hacia otro lado) que se ataque a las aves por diversión, se formarán generaciones cada vez más desconectadas de la naturaleza y más propensas a ejercer la violencia sin culpa.

No se trata solo de proteger a los tucanes. Se trata de elegir qué tipo de sociedad queremos ser.

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