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Su altura de más de un metro setenta, sumada a sus tacones, se contradice con su rostro casi aniñado y ese cabello de color violeta que la muestra como una mujer segura, firme, que sin levantar la voz -al contrario, con una sonrisa casi permanente- intenta todos los días mostrarles a las mujeres más vulneradas que siempre hay una luz al final del camino. Y esa luz se llama empoderamiento, dignidad, autovaloración.
A Pamela Justiniano el cargo de directora de la Mujer y la Diversidad de Tartagal le vino como anillo al dedo porque vive su trabajo con pasión y cada día estudia, se forma: "Para que las mujeres y las minorías sepan que en este lugar pueden encontrar una mano extendida, un consejo, una sugerencia y un acompañamiento permanente".
"Esta oficina, cuando asumí, estaba en la Terminal de Ómnibus, una falta total de criterio, porque una mujer que llega para pedir ayuda lo último que quiere es mostrarse en público".
"Por eso pedimos que se traslade a un lugar más discreto, donde pueda expresar con tranquilidad, sin ser juzgada, lo que le pasa puertas adentro de su casa".
Un plan malogrado más allá del desvío de recursos
Pamela Justiniano recuerda que al asumir el cargo en diciembre de 2023 "no encontré absolutamente nada de documentación, no había un solo registro ni un solo soporte en papel", a pesar de que era vox populi los desmanejos que habían existido en esta área, única referente de todo el departamento San Martín del Plan Acompañar.
"La exdirectora Carla Cordero, su secretaria Sandra Domínguez y otras personas les daban el beneficio a mujeres a las que ayudaban a falsificar denuncias y les hacían quedar parte de lo que estas mujeres cobraban."
"Las que pedían el beneficio y no accedían a repartirlo, 'las limpiaban' y anotaban a otras".
"El día uno comenzamos a hacer territorio y la desconfianza era total", relata a El Tribuno.
"Gracias a Dios, pasados más de un año y medio de gestión del Dr. Franco Hernández en Tartagal, no se ha registrado ni un solo femicidio y ninguna mujer ha sido asistida por riesgo de vida a consecuencia de violencia intrafamiliar".
Coordinación con otros organismos
"Hoy no tenemos el Acompañar, pero trabajamos de manera coordinada con el sistema 911, con la gente del hospital, proponemos charlas dentro y fuera del municipio, trabajamos con las escuelas y con un gabinete multidisciplinario. Nos cuesta, pero de a poco lo vamos logrando".
"Las mujeres tienen que recuperar la autoestima, la confianza en sí mismas, saber que tienen el mismo valor que sus parejas, que las obligaciones como la crianza de los hijos se comparten, y que no deben tolerar, no solo una bofetada, ni siquiera una palabra agraviante".
En defensa de una exfuncionaria de la oposición
Pamela recuerda que, a los pocos meses de asumir, "me dio mucha bronca, mucha impotencia porque propusimos una capacitación sobre la Ley Micaela y los funcionarios que asistieron eran muy poquitos".
"Si no nos capacitamos, si no tomamos conciencia de lo que significa la violencia machista, si no nos sensibilizamos ante el dolor de una mujer o de los niños, no somos servidores públicos".
"Cuando la concejal de la oposición Margarita Rauch fue violentada verbalmente, fuimos las primeras en poner el grito en el cielo".
"No importa la ideología política ni la religión: entre mujeres tenemos que defendernos y terminar con la violencia machista, así sea una palabra".
La semana anterior, Pamela fue invitada a un encuentro en Yacuiba, localidad de 150 mil habitantes. "Me dio una enorme alegría que nos invitaran porque el trabajo que hacemos se conoce en otros lugares".
"Nos dijeron que quieren replicar muchas de nuestras acciones y con todo gusto les contamos nuestra experiencia".
"Se trata de sumar esfuerzos en una situación en la que los recursos que bajan de Nación prácticamente no existen, pero hay que agudizar el ingenio para luchar contra la violencia".