PUBLICIDAD

¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
16°
23 de Noviembre,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Las provincias deben asumir un rol protagónico en una etapa decisiva

Las negociaciones con el poder central deberían ir mucho más allá de la aprobación del presupuesto 2026. La meta de la reconstrucción del federalismo es una condición ineludible para el desarrollo.
Domingo, 23 de noviembre de 2025 00:52
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Las reuniones del ministro del Interior, Diego Santilli, con los gobernadores son un instrumento decisivo en la coyuntura actual del país. Por ahora, los interlocutores vienen siendo los firmantes del Pacto de Mayo de 2024, pero va a ser imprescindible, para ambas partes, que también se integren los cuatro rebeldes: Axel Kicillof (Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Ricardo Quintela (La Rioja).

Lo esencial debería ser el desarrollo humano y el freno a la desigualdad. Por ahora, los temas urgentes que aparecen son la aprobación del Presupuesto 2026 y el compromiso de apoyo de los bloques en el Congreso para las reformas del Estado y de los sistemas tributario, laboral y previsional. Si las reuniones se limitan a que cada provincia se lleve "una ventajita" a cambio de un voto, el resultado será demasiado mezquino.

Es evidente que hacen falta redefiniciones estructurales. El naufragio de la gestión de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa demostró que hace falta "barajar y dar de nuevo". Y eso no significa exactamente aplicar la fórmula mágica del presidente Javier Milei, que, si bien frenó la inflación, allí se agota. El camino de salida no está claro, pero es seguro que nada de lo que falta se conseguirá con parches.

En esta ocasión, lo más difícil será dejar de lado la charlatanería ideológica (la misma que hace casi dos siglos describía Carlos Marx como un disfraz para encubrir intereses) y buscar acuerdos concretos para hacer funcionar al país. Al país y a cada una de las provincias, para ser exactos.

Ya se terminó el tiempo de sacarse fotos al lado de la maqueta de una obra o de inaugurar dos o tres veces un mismo edificio. Habría que ver si el poder central y los gobernadores lo tienen claro o si prefieren jugar a la gambeta corta.

El poder es ejercido por personas a quienes, en general, mientras a ellos no les llegue el agua, si el país se inunda no mueven un pelo. Pero, también es cierto, en algún momento aparecen estadistas, que marcan la diferencia.

La realidad es elocuente, más bien, contundente. Vivimos en un país de 2,78 millones de km2, con una población de 46,1 millones de personas. Pero 16 millones viven en el Área Metropolitana Buenos Aires.

El desequilibrio poblacional se combina con las características productivas de la región central que contrasta con la pobreza estructural del Norte del país y la despoblación de la enorme Patagonia. Estamos en un país que para ser desarrollado necesita empezar a funcionar como un país federal.

Por eso los acuerdos con los gobernadores son cruciales, y todo se frustraría si se limitan a un poroteo de ventajitas de corto plazo.

El temario debe abordar las reformas tributaria, laboral y previsional, y la nueva forma de generar y distribuir ingresos, que erradicaría la "coparticipación rentística". Las provincias no pueden estar esperando que llueva plata de Buenos Aires. Es necesario revisar la eliminación de impuestos que se superponen con otros y la forma de recaudación, para que las provincias coparticipen a la Nación. Una buena forma de generar producción, empleo privado y registrado, descargar el presupuesto salarial de cada Estado provincial y, en alguna medida, poner freno al clientelismo.

Las reformas

Lo que trasciende hasta ahora:

* Los gobernadores condicionan su apoyo legislativo a una redistribución de recursos: devolución de fondos coparticipables, compensación por cajas previsionales y reactivación de obras públicas paralizadas.

* El Gobierno nacional impulsa una reforma tributaria (simplificación de impuestos, cambios en IVA y Ganancias)

* Una reforma laboral (flexibilización de jornadas, indemnizaciones y convenios).

Ninguna de las dos reformas puede avanzar haciendo "tabula rasa" de la legislación precedente ni dejando a los más débiles librados a su suerte.

Hoy, en la Argentina, según el INDEC, hay 21 millones de personas ocupadas, de las cuales 12,2 millones son trabajadores formales y 8,8 millones, informales. Los otros 25 millones de argentinos son "no ocupados". Y el 50% de los niños viven en hogares sin las necesidades básicas satisfechas.

¿Qué puede ocurrir?

* Escenario de pacto: Nación acuerda con gobernadores un esquema de redistribución (coparticipación + obras) a cambio de apoyo legislativo.

* Escenario de conflicto: si el Gobierno insiste en ajuste sin compensación, los bloques provinciales podrían bloquear reformas en el Congreso.

* Escenario de transición: se avanza en reformas parciales, con acuerdos sectoriales (ej. IVA compartido, fondo compensador para provincias pobres).

Además, resulta imprescindible considerar la transformación laboral que introducirá, sin pedir permiso, la incorporación de la era tecnológica.

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD