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La decimotercera audiencia del debate por los cuadernos de Oscar Centeno se desarrolló ayer sin la presencia del exfinancista Ernesto Clarens ni de la de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, ambos por razones de salud.
La anteúltima audiencia por el 2025 del juicio comenzó pasadas las 9.20 y mantuvo el orden previsto por los magistrados Germán Castelli, Enrique Méndez Signori y Fernando Canero: en primer lugar se concluyó la lectura de la acusación de la Unidad de Información Financiera (UIF) correspondiente al tramo 'La Camarita' .
Luego, el TOF 7 pasó a la lectura de la acusación del fiscal Carlos Stornelli en la derivación del expediente vinculada a los subsidios ferroviarios, que abarca contratos de trenes, subterráneos y la Hidrovía.
En ese tramo los principales imputados son los exsecretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, además de Kirchner, De Vido y empresarios como Aldo Roggio y Benjamín Romero, titular de Ferrovías. Según la acusación, los empresarios habrían pagado sobornos a Jaime y Schiavi, quienes luego "enviaban los sobres hacia arriba".
"Cristina intervino"
El fiscal Stornelli sostuvo: "Tengo por cierto y demostrado que Cristina Elisabet Fernández, por entonces Presidenta de la República Argentina, intervino, en carácter de coautora, en la recepción de sumas de dinero" entregadas por Romero a Jaime y Schiavi entre 2007 y 2012.
Los empresarios describieron un esquema de exigencias. "Los pagos eran exigidos por funcionarios involucrados y no tuve otra alternativa que efectuarlos", declaró Romero, quien afirmó que entregaba un 5% de los subsidios y hasta 500 mil dólares anuales por la Hidrovía.
Bolsos y mochilas con dinero
Uno de los apartados que también fue leído versó sobre los dichos del exsecretario presidencial Fabián Gutiérrez, asesinado en 2020, quien había hablado de bolsos y mochilas con dinero que circulaban por la Casa Rosada y de encuentros nocturnos con funcionarios clave del área de Transporte.
Según el Ministerio Público Fiscal, el dinero producto de lo recaudado era trasladado "a inmuebles que eran utilizados por Cristina Kirchner".
En este caso se citó el departamento ubicado en la intersección de las calles Juncal y Uruguay de la Capital Federal, "inmueble del que se valía la organización para acopiar el dinero retirado de las distintas empresas. En este lugar el dinero era recibido por el entonces secretario privado Héctor Daniel Muñóz".