inicia sesión o regístrate.
La cosecha de soja en Argentina creció un 6,4% en la campaña 2024/25, alcanzando las 18,4 millones de hectáreas sembradas, con una proyección de exportaciones que alcanza los US$9.044 millones en harina de soja. Sin embargo, el panorama de precios es sombrío. A pesar de que la harina de soja sigue siendo el principal producto exportado del país, con el 13,4% del total de las exportaciones nacionales, el precio FOB de exportación ha caído a US$281 por tonelada, su nivel más bajo en más de 15 años.
Este descenso se explica por un fenómeno global: el avance de las políticas de biocombustibles ha aumentado la demanda de aceites vegetales, en especial el de soja, lo que ha impulsado su precio, pero también ha generado un mayor procesamiento del grano. Este aumento en la oferta de harina de soja no ha sido acompañado por una demanda similar, lo que ha presionado a la baja los precios en el mercado internacional. Sin embargo, la competitividad de la harina argentina se ha visto fortalecida por su bajo precio FOB, consolidándola como la opción más atractiva internacionalmente.
En este contexto, la harina de soja argentina ha comenzado a recuperar terreno en mercados clave. China, que había suspendido las compras desde 2019, volvió a adquirir este producto, marcando un hito comercial importante para el país. Este repunte subraya el valor estratégico de la harina de soja dentro del complejo oleaginoso nacional.
Aunque las exportaciones de harina de soja se proyectan en aumento para 2025, con un crecimiento respecto al año pasado, el valor sigue estando lejos de los niveles históricos más altos. De hecho, ajustado por inflación internacional, se espera que las exportaciones de este año sean las más bajas desde 2007, una tendencia preocupante que refleja una contracción sostenida desde el pico alcanzado en 2015. A nivel de precios, el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señala que, en comparación con 2011, los precios FOB promedio de 2025 serán un 68% más bajos, lo que pone de manifiesto la presión sobre los márgenes de los productores.
En resumen, la harina de soja argentina se enfrenta a un 2025 desafiante, marcado por precios bajos pero con un repunte en la demanda global, especialmente de China. El producto sigue siendo competitivo a nivel mundial, pero la tendencia de largo plazo muestra una contracción en el volumen exportado del complejo soja.