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La tensión entre las provincias y el Gobierno nacional escaló otro peldaño. Tras una reunión fallida en el Ministerio de Economía, los ministros de Hacienda de 17 distritos abandonaron el edificio sin respuestas ni contrapropuestas concretas al reclamo de mayor coparticipación de fondos, y ratificaron que la decisión política la tomarán los gobernadores. El eje del conflicto gira en torno a la caída de la coparticipación, la distribución discrecional de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y la paralización de la obra pública. "Están generando superávit con plata de las provincias", dispararon.
El cónclave, convocado por el ministro de Economía, Luis Caputo, en el marco del Consejo de Responsabilidad Fiscal, fue liderado por el secretario de Hacienda, Carlos Guberman. Su presencia no calmó los ánimos: los enviados provinciales esperaban una contraoferta tras el rechazo al proyecto de ley que los mandatarios firmaron la semana pasada para modificar la distribución de los ATN y coparticipar el impuesto a los combustibles. Guberman no ofreció alternativas. "Solo quedó claro que no aceptarán nada que afecte el equilibrio fiscal", resumió un funcionario.
Ante el portazo técnico del Gobierno, los ministros se trasladaron al Consejo Federal de Inversiones (CFI), donde continuaron las conversaciones sin interlocutores nacionales. Desde allí, acordaron acelerar el paquete legislativo que busca obligar a la Nación a distribuir automáticamente los fondos retenidos. En simultáneo, las provincias del Norte Grande y el Litoral presentaron otro proyecto para establecer una tarifa eléctrica diferencial en zonas cálidas.
El ministro de Economía de Santa Fe, Pablo Olivares, fue tajante: "Cuando Nación no distribuye los ATN, contabiliza superávit por el retraso del envío a las provincias. Es plata que nos corresponde". La postura se replica en todo el arco provincial, incluso entre aliados recientes del Gobierno, que acusan a Javier Milei de usar recursos federales como prenda política. En palabras de otro ministro: "El Gobierno se jacta de un superávit que sale de lo que no reparte".
La Casa Rosada insiste en que el proyecto afecta el resultado fiscal y que solo sería viable si las provincias asumen obras viales a cambio de recibir el impuesto a los combustibles. La propuesta no convence: los fondos son insuficientes y el traspaso de responsabilidades no resuelve el reclamo estructural.
Con el Congreso como nuevo campo de batalla, la oposición multipartidaria busca quebrar la estrategia libertaria. El oficialismo teme una mayoría transversal que, de consolidarse, no solo desarmaría el escudo fiscal del Ejecutivo, sino que podría sentar un precedente político clave para futuros vetos y reformas. Por ahora, la pelota está en manos de los gobernadores.
La discusión de fondo
El Gobierno propuso la transferencia de las obras viales junto al financiamiento pertinente siempre y cuando esté acompañada de la responsabilidad de las Provincias en la ejecución de las obras.
Según los gobernadores, Nación solo ofrece coparticipar la parte que va a obras viales del impuesto a los combustibles líquidos. "Esto es muy poca plata, unos $ 300 millones", aseguran fuentes cercanas a las provincias, que agregan que "los gobernadores están mu molestos y van a mandar el proyecto de ley" para coparticipar ATN y el impuesto.