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Salvar el programa y construir acuerdos, el desafío de Milei

Domingo, 14 de septiembre de 2025 00:41
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El triunfo del peronismo en las elecciones legislativas bonaerenses fue categórico. El mismo presidente Javier Milei admitió "una clara derrota" y prometió corregir los errores. "Vamos a cambiar lo que haya que cambiar", añadió. Sin embargo, aseguró que no retrocederá un centímetro en su plan basado en el equilibrio fiscal, la estabilidad monetaria, la reducción de gastos, la flotación cambiaria.

Al parecer, su idea es modificar la estrategia de campaña para las elecciones de 26 de octubre. Pero con eso no alcanza. Porque si bien el equilibrio fiscal es esencial para la estabilidad de un país, es evidente que, además, hace falta añadir decisiones fundamentales para que los más castigados por los sacrificios que impone el saneamiento del Estado no pierdan derechos elementales.

Hoy la microeconomía, el comercio, los salarios, los indicadores de desocupación y la caída intermitente de la actividad industrial atraviesan momentos tormentosos, con demasiadas urgencias para el tiempo tardarán en dar frutos los planes libertarios. Para muchos argentinos, la bonanza es solo una promesa lejana.

Gobernar supone poner el oído en los reclamos del pueblo y la vista, en un futuro posible y contenedor. Eso no está pasando. Milei debería observar con atención que las ausencias y los votos en blanco en las elecciones bonaerenses están dos millones por arriba de los votos obtenidos por Fuerza Patria. Son los votos independientes que en 2023 eligieron a Milei para terminar con el peronismo y ahora carecen de candidato propio.

Tras los comicios, Javier Milei se apresuró a vetar la ley de distribución automática de los fondos de emergencia que corresponden a las provincias, junto con la coparticipación; lo mismo con las leyes de financiamiento educativo y de emergencia pediátrica. No parece un buen comienzo para una etapa de diálogo político con gobernadores y legisladores,

La gran urgencia del gobierno es recuperar credibilidad. Por cierto, los operadores financieros y los inversores de todo el mundo miran con preocupación la posibilidad de que el 7 de setiembre sea el preludio de lo que ocurrirá el 26 de octubre. Por eso, en el sector económico decrece la confianza. Pero también influye la falta de un gesto categórico de cambio en lo inmediato. Y, entonces, sostener el riesgo país en niveles competitivos se hace cada vez más complicado, lo que va erosionando el programa económico. La autocrítica no significa renunciar a los objetivos sino como llevarlos adelante con eficiencia. Con minoría en ambas cámaras y un Congreso hostil, será cada vez más arduo mantener el programa y la misma gobernabilidad. La mesa política con tres gobernadores aliados para la foto no es un instrumento eficaz de cambio. El presidente debió convocarlos él personalmente, a los 24 gobernadores, sin necesidad de fotos ni de cámaras, para analizar con ellos obras públicas paralizadas que son esenciales para las provincias; inversiones en logística destinada a la producción en el interior; una revisión a fondo del sistema tributario y la coparticipación y un acuerdo para superar el déficit en las administraciones provinciales y para desarrollar planes de estímulo para la generación de empleo genuino, la industrialización y la innovación tecnológica. Es decir, un acuerdo de gobernabilidad y desarrollo federal.

Para Milei y los libertarios es importante lograr buenos resultados en octubre. Pero con el mejor resultado, estarán obligados a gobernar dos años con el Congreso en minoría. Tal como hizo en sus primeros meses de gobierno, debería sumar fuerzas afines que consideran que el peronismo, en ninguna de sus versiones puede resolver la encrucijada donde está empantanado el país. No es cuestión de centrar todo en las campañas electorales. El país que prometió Milei solo es posible con una gestión minuciosa, llevada adelante por funcionarios idóneos y con transparencia republicana.

Por eso, en este momento crítico, esa racionalidad política es imprescindible para todos.

 

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