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11 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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Lunes, 02 de mayo de 2011 12:34
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Julio Prada tiene 80 años y es domador. Fue tropero de la Finca La Unión, en tiempos del administrador Pablo Soria, cuando la hacienda atravesaba la ciudad para llegar al matadero de la avenida Independencia, hasta los años 60. “Era de noche y yo venía por el río hasta que escuché una música bien linda. Era un bailongo con caja y todo. Me fui largando, como atraído, pero después no sentí más nada. Me contaron que para entrar hay que estar desnudo”, relató apasionado. Prada recuerda que un gaucho de antes, de apellido Chocobar, no fue tan afortunado. “Le vio la cara al diablo. Le mostró los dientes de fuego y quedó como loco. Un curandero yunga lo curó del susto, pero quedó tartamudo. Parece que estudiaba los libritos de magia y que lo andaba buscando, pero cuando lo encontró no le aguantó la mirada”, continuó.

Pero el caso que más le llama la atención a don Prada es la historia de un peón de la finca La Falda, de nombre Virgilio. Cuenta que el gaucho “comía vidrio y se tragaba dagas de doble filo”.

El criollo era “nacido y criado en Cerrillos” y parece que “hacía aparecer café en una taza vacía porque aprendió los oficios salamanqueando”.

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