La resolución de evacuar la fragata Libertad deja ver -a simple vista- que el conflicto por la retención de la nave en un puerto de Ghana será extenso y difícil de resolver. Ayer, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner comunicó la decisión de evacuar la totalidad de la tripulación de la fragata Libertad y dispuso que el canciller Héctor Timerman viaje de inmediato a Nueva York, donde mañana iniciará reclamos ante el Consejo de Seguridad de la ONU y otros organismos. Los argumentos de Argentina se basan en la violación a los derechos humanos y delitos financieros.
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La resolución de evacuar la fragata Libertad deja ver -a simple vista- que el conflicto por la retención de la nave en un puerto de Ghana será extenso y difícil de resolver. Ayer, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner comunicó la decisión de evacuar la totalidad de la tripulación de la fragata Libertad y dispuso que el canciller Héctor Timerman viaje de inmediato a Nueva York, donde mañana iniciará reclamos ante el Consejo de Seguridad de la ONU y otros organismos. Los argumentos de Argentina se basan en la violación a los derechos humanos y delitos financieros.
Según adelantó el canciller, mañana mantendrá una reunión en la sede de las Naciones Unidas “con el presidente del Consejo de Seguridad”, y realizará gestiones con otras comisiones y organismos, a fin de destrabar la situación de la Fragata y lograr su liberación.
Timerman fue el encargado de difundir ayer en la tarde desde la Casa de Gobierno, el comunicado oficial acompañado por el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, referido a la situación de la Fragata Libertad.
El canciller indicó que el fallo de la Justicia del país africano que ordena la detención de la Fragata “no sólo es violatorio de los Tratados Internacionales que obliga a la República de Ghana a garantizar la inmunidad de los buques de guerra, sino que además ha colocado en riesgo los derechos humanos de los 326 tripulantes que se encuentran a bordo, entre ellos ciudadanos de Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Sudáfrica”.
Por otra parte el canciller dio a conocer la información de que el juez que ordenó la retención de la nave de bandera nacional también prohibió la provisión de combustible a la fragata.
De esta manera la nave se encuentra impedida de hacer funcionar los generadores de energía.
Con el fin de evitar inconvenientes con el personal a bordo, el Gobierno dispuso entonces el retiro de todo la tripulación.
La silenciosa negociación
por la liberación del buque
Las negociaciones por la liberación del buque embargado en Ghana comenzaron hace más de una semana en Accra. Oficialmente el Gobierno nacional no informó nada y solo el canciller ghanés dijo que “ningún acuerdo fue alcanzado aún”. Por parte de los funcionarios argentinos, el vicecanciller Alfredo Forti y el viceministro de Defensa, Eduardo Zuain, no hay ningún tipo de información.
En este marco fueron fallidos los intentos del canciller Timerman por conseguir apoyo internacional.
Como salida alternativa, el fondo NML había ofrecido que Argentina depositara una fianza de US$20 millones a cambio de que se le permitiese zarpar a la Fragata Libertad, pero esa alternativa fue rechazada desde Buenos Aires.
El representante legal ante los tribunales de Accra del fondo buitre había dicho, ante la prensa, que Argentina había renunciado previamente a la inmunidad referida a este caso, lo cual fue calificado como un “argumento falaz” desde Argentina, que exige que se le reconozca el derecho de inmunidad diplomática.
Mientras tanto, se estima que cada día de permanencia del buque en el puerto de Tema le cuesta a la Argentina alrededor de US$50.000 en concepto de tasa de amarre.
Malestar en Defensa
y en la tripulación
Ayer, Arturo Puricelli, titular de la cartera de Defensa, acompañó desde el silencio al canciller Héctor Timerman. Su presencia no fue casualidad. El rumor de que el titular del Ministerio de Defensa habría querido dar un paso al costado, pero que la Presidenta lo habría mantenido en su puesto corrieron con fuerza antes del fin de semana.
La situación del buque escuela ya derivó en el pase a disponibilidad del director general de Organización y Doctrina de la Armada, comodoro Alfredo Mario Blanco (habría ordenado el cambio de destino de la fragata) y del secretario general de esa fuerza, el contraalmirante Luis María González Day (dijo en declaraciones a la prensa que la definición del itinerario de la embarcación era el resultado de “un proceso cooperativo interministerial”). También del jefe de los marinos, almirante Carlos Paz (presentó un pedido de relevo), y el retiro de la de la titular de la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar (Diniem), Lourdes Puente Olivera.
Según los rumores, Puricelli renunció “para descomprimir la situación y porque está cansado y habría tenido algunos desencuentros con Nilda Garré. Respecto de la situación del ministro de Defensa, un alto funcionario de esa cartera aseguró que “hay documentos sobre el itinerario de la fragata que Puricelli no vio, eso pasó por las manos sólo de Forti”, en referencia al secretario de Asuntos Internacionales del Ministerio, quien viajó a Ghana junto al funcionario de Cancillería Eduardo Zuain para intentar rescatar el buque escuela.
Mientras los días pasan la situación de la tripulación se complica. Más allá de los problemas de mantenimiento y abastecimiento, el mal humor por la falta concreta de acciones ya se siente en la cubierta de Libertad. De más está decir que los familiares de la marinos ya hicieron saber sus quejas a través de las redes sociales y comenzaron a comparar el problema de la fragata con el conflicto que hace unos días protagonizaron los miembros de Gendarmería y Prefectura.
Durante la visita que realizaron los enviados del Gobierno nacional a Ghana a los miembros de la fragata, la frialdad con que los recibieron fue muestra clara el malestar general. Los marinos confensaron a sus superiores que hubieran querido “pegarles”. Y que incluso habían pedido que no les mientan cuando comenzaron a escuchar los argumentos oficiales para explicar el fracaso de las negociaciones con las autoridades de Ghana.