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Increíble. Inocencia Romero (57), un vecina de villa Lavalle, situado en la zona sudeste capitalina, denunció que la Policía hizo un allanamiento en su domicilio, rompió sus pertenencias, no encontró nada y, como si fuera poco, le robaron $980.
El hecho ocurrió -según la mujer-, el viernes 19 del corriente a las 7, cuando un grupo de efectivos no identificados se presentó en su casa, en calle Carlos Gotling 2744 y en nombre del Estado y la fuerza pública irrumpieron en la morada.
“Yo estaba en la habitación cuando sentí el ruido por la rotura de la puerta principal e inmediatamente me trajeron a la cocina. Sin consultarme, empezaron a desparramar mis objetos buscando un arma y dos motocicletas robadas que jamás estuvieron acá”, contó la mujer a El Tribuno.
“Luego, patearon la puerta del fondo y revisaron en ese lugar pero, obviamente, tampoco había nada”.
Por último, Inocencia afirmó: “Cuando regresé a la habitación, me di con la novedad de que el monedero donde tenía $980, que era la recaudación de mi local del día anterior, ya no estaba”, señaló con enojo.
“Les reclamé a las dos mujeres policías que se quedaron tras la requisa, pero ellas me dijeron que esa plata ya iba a aparecer y no fue así”, cerró.
Además de la dueña del hogar, que posee un local de comidas en el mismo inmueble, su hijo Lucas Moncada (21) y una hermana discapacitada de la mujer también fueron víctimas de la impensada y errónea irrupción policial.
“Cuando entraron a mi habitación yo estaba dormido y me despertaron a las trompadas. Me ataron los pies y las manos con precintos y me decían: "`Cantá, dónde está el arma. Vos sos Carlos Ramos y ya se te acabaron los días'. Ahí me di cuenta del grave error que estaban cometiendo porque yo no tengo esa identidad y jamás tuve un arma”, señaló el joven.
“Ellos buscaban una pistola, dos ciclomotores y una campera de color negra y flúor y solo pudieron llevarse un buzo negro con una mancha verde que nada tenía que ver con lo que vinieron a buscar”, apuntó.
“Es más -prosiguió-, el testigo que trajeron les dijo que esa indumentaria era un buzo y no una campera pero ellos (por los policías) obligaron a que diga que fácilmente se podía confundir con la ropa que venían a buscar”.
La orden del allanamiento estuvo dictaminada por el juez de Instrucción Formal 8, Federico Diez, y si bien la dirección a irrumpir era la misma que posee Romero, la disposición decía que dicha vivienda funcionaba como un aguantadero colindante a un inmueble de propiedad de un tal Carlos Ramos, a quien, además, deberían detener.
Vecinos, consultados por este matutino, aseguraron que la persona buscada reside a más de 50 metros de la dirección de la familia damnificada.