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Una distinción única para Río

Martes, 13 de noviembre de 2012 19:13
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La ex capital de Brasil mereció y merece todo tipo de calificativos elogiosos. Desde "ciudad maravillosa" hasta "capital de la alegría". Es la sede del carnaval más famoso del mundo y la bahía de Guanabara, que la envuelve en su mayor parte, es su cuna.

Fue descubierta por los portugueses en 1502 y su nombre se debe a que, en principio, creían que era la desembocadura de un gran río. Está entre las diez ciudades más bonitas del mundo y, según la presidenta Dilma Rousseff, es un motivo de orgullo no sólo para los brasileños sino para toda Latinoamérica.

En el Aeropuerto Internacional Galeao, ahora denominado Tom Jobim, en honor al gran compositor carioca, hay una gran placa donde el músico resalta la belleza y las bondades de su ciudad natal. En uno de sus versos, Jobim dice: "Qué sería de mí sin Río, porque ésta fue la razón de mi existencia".

Ahora, la Unesco acaba de distinguirla, el 1 de julio último, como el primer lugar urbano del mundo en recibir el título de "paisaje cultural". Y no en forma parcial, sino como metrópolis completa, que resume "la armonía entre la belleza natural y la intervención urbana".

Según el suizo-francés Le Corbusier, Río representa una ciudad en teoría imposible de diseñar, porque sus formas tan variadas dejan de lado a las humanas posibilidades de un arquitecto.

La ministra de Cultura, Ana de Hollanda, hermana del famosísimo músico Chico Buarque, expresa que la capital es la consecuencia de un estudio minucioso en el que se evaluó la forma creativa con que los habitantes se adaptaron a la topografía excepcionalmente irregular de la ciudad, inventando modos inéditos de usufructuar la vida.

Con pobres y favelas

Los millones de turistas que la visitan cada año, incluso centenares de miles de argentinos, no encuentran escondido el hecho de que esta aglomeración tiene enormes anillos de pobreza, que en muchas partes la disminuyen.

Cuando uno recorre la costa de Copacabana, prolonga su caminata por la incomparable Ipanema y llega hasta la lujosa Leblon, no puede dejar de ignorar que Río de Janeiro tiene dos caras muy enfrentadas.

Uno va, por ejemplo, al bar que hizo famoso Vinicius, la Garota de Ipanema, y se maravilla con su decoración, con su comida, con su música, pero debe resignarse a que decenas de pobres se arremolinen junto a sus ventanas para pedir la limosna del caso.

Los barrios carenciados están a pocas cuadras de las hermosas playas que bordean el Atlántico, y el peligro latente de ser asaltado es una evidencia más.

Desde el anterior gobierno de Lula, que hizo operativos de todo tipo junto con el ejército, hasta el actual con la presidenta Dilma a la cabeza, no se deja de reconocer la inseguridad a cada momento. No hay cifras exactas sobre las víctimas mortales, pero no se necesitan estadísticas al contemplar enclaves de villas miseria, como por ejemplo Alemao, Rocinha, Sao Conrado, que se encuentran a pocos metros de las grandes mansiones de los millonarios.

Como ya dijimos más de una vez, Brasil está entre los países del mundo con peor distribución de la riqueza, más allá de que el incomparable Lula Da Silva, el obrero que condujo durante ocho años a la sexta potencia del mundo, pudo lograr que 54 millones de pobres pasaran a engrosar la clase media.

 

Las reservas de Dilma

La actual y muy popular presidenta brasileña, miembro también ella del Partido de los Trabajadores, es consciente de que más allá del orgullo mencionado, a Río le falta mucho todavía para ser un ejemplo de bienestar y seguridad.

Pero nadie, nadie, podrá dejar de asombrarse cuando suba al Pan de Azúcar y quede boquiabierto frente a la belleza de la Bahía de Guanabara. Admiración que se repetirá cuando se eleve hasta la figura del Cristo Redentor.

Es la ciudad latinoamericana más bonita, que tiene, además, en la selva de Tijuca, el esplendoroso Jardín Botánico, único en la variedad de su flora; ello sumado a sus playas que son la envidia para cualquier ciudad del mundo; o como el Museo Histórico Nacional con una magnificencia única, lo mismo que el Teatro Oficial.

Río de Janeiro es sencillamente una postal, donde su fusionan el mar, la montaña y una arquitectura de avanzada.

 

No solamente Río

La designación de Río como patrimonio mundial fue decidida en la última reunión del comité de la Unesco (integrado por 21 países) y que se realizó en San Petersburgo. La Unesco tiene 745 sitios culturales en el planeta, 187 naturales y 29 mixtos, situados todos ellos en 153 países. España, con 49, ocupa el primer lugar, seguido por sólo un escalón por Italia.

Brasil tiene además de Río otros 18 sitios culturales, entre los que deben destacarse Salvador de Bahía; Ouro Preto, la incomparable obra de arte barroco portugués; la nunca bien ponderada Brasilia de los brasileños Oscar Niemeyer y Paulo Costa; la Sierra Diamantina; la Selva y Río del Amazonas; Manaos, famosa en su tiempo por la Opera construida con mármol de Carrara y decenas de ciudades situadas en el estado de Minas Gerais.

En este último mes la atención de la violencia se ha trasladado a la gran megalópolis sudamericana, la culta y superdesarrollada San Pablo. En estos días más de 200 personas fueron asesinadas en las calles paulistas, debido a dos motivos fundamentales: la guerra entre la Policía y los narcos, y el propósito de estos últimos, ya logrado otras veces, de infundir temor en esta ciudad. El promedio de muertes es de 15 diarias, en especial en los barrios más pobres del sudeste.

Si bien San Pablo tiene un nivel de vida superior al de Río, la droga y sus grandes vínculos internacionales han penetrado también en la ciudad del todavía muy popular Ayrton Senna. La importancia de San Pablo queda reflejada en que sólo ese estado produce el 40% del PBI de todo el Brasil, y además tiene la única universidad estatal ubicada entre las 400 mejores del mundo. También debemos sumar el Museo de Arte Moderno, cuya bienal tiene renombre bien ganado.

 

¿No a la final?

A raíz de una ley votada pocos días atrás en Brasilia, el actual gobernador de Río, Sergio Cabral, tiene fundados temores de que la final del próximo Mundial de Fútbol no se pueda realizar en el mítico estadio Maracaná.

El templo futbolístico está en plena etapa de remodelación, pero una nueva reglamentación sobre la distribución de los recursos gasíferos y petroleros, le quitaría -según Cabral- un 25% del actual presupuesto.

Sería un golpe fatal para aquel escenario que, en 1950, sufriera la mayor humillación de su historia cuando el modesto Uruguay ganó por 2 a 1 una final que el Brasil futbolero aún no puede digerir. Por ahora, Río demuestra su orgullo ya que fue capaz de realizar en los últimos meses grandes conferencias a nivel mundial, con total éxito, en especial la del Grupo de los Veinte.

Cabral tampoco ignora que entre los 11 millones de habitantes de la ciudad natal de Paulo Coelho, existe una pobreza imposible de maquillar: allí hay nada menos que mil favelas y más de un millón y medio de pobres, muchos de ellos envueltos en la comercialización de la droga, o con sueldos muy por debajo de lo que debería pagar una de las diez grandes potencias del mundo.

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