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Belén Rodríguez es una modelo argentina que vive en Italia y parece que la vida le sonríe. Famosa por sus atributos físicos y por su capacidad de manejarse frente a la televisión (en la cadena Mediaset, de Berlusconi), no tuvo ayer uno de sus mejores días: tuvo que declarar como testigo en el caso Ruby, el juicio que se está celebrando contra el exprimer ministro italiano, acusado de prostitución de menores y abuso de poder.
“No pasé ninguna noche con Berlusconi”, afirmó Belén a la salida de Tribunales de Milán, donde la esperaba una nube de periodistas.
Vestida con calzas bordó, camisa clara, saco negro y zapatillas, embarazada de unos meses, la modelo se mostró molesta, contó ayer en La Nación online, Elisabetta Piqué.
Inclusive, intentó escapar de los cronistas y, ante una pregunta, volvió a negar que haya pasado una noche con el otrora hombre fuerte de Italia. Reiteró, de este modo, la desmentida que ya había hecho cuando se conocieron una escuchas telefónicas en las que el Cavaliere se jactaba de haber estado con la bella morocha argentina, aunque no había pasado nada. La vedette argentina, visiblemente nerviosa por la presión mediática, se limitó a decir que “fui llamada a testimoniar y cumplí con mi deber cívico”, según el informe de la colaboradora de La Nación.
Y siguió: “Al ser interrogada por los magistrados, Rodríguez -en la lista de testigos presentada por la defensa de Berlusconi-, aseguró que nunca frecuentó la mansión de Arcore del Cavaliere, en las afueras de Milán, famosa por las fiestas "bunga-bunga'. Admitió que sólo estuvo una vez, en el verano de 2007, en la también famosa Villa Certosa, en la isla de Cerdeña, de Berlusconi, de 76 años, para una suerte de concierto. “Nunca ví a Ruby”, también testimonió Belén, que se refirió así a Karima El Mahroug, la chica marroquí que, siendo menor de edad, tuvo una relación con Berlusconi -en el banquillo justamente por ello- y que aseguró haberla visto en la residencia del ex premier.
Lo cierto es que, según una escucha realizada el 2 de enero de 2009 y salida a la luz el año pasado, en una conversación telefónica con Giampaolo Tarantini, el joven empresario que le conseguía escorts a cambio de favores y negocios, Berlusconi dijo que había pasado una noche con Belén: en ésta, no había pasado nada porque en ese momento ella estaba de novia con el futbolista Marco Borriello.
Junto a Belén, declaró ayer como testigo Carlo Rossella, presidente de Medusa, coloso cinematográfico del imperio Berlusconi, también convocado por el Cavaliere para atestiguar a su favor, dijo que las chicas que participaban en las fiestas del ex premier bailaban y cantaban, pero no desnudas.