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El fiscal Toranzos pide que Ovalle vaya a la cárcel

Martes, 06 de noviembre de 2012 23:13
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La megacausa de la UNSa comenzó en 2011 y se juzgan delitos de lesa humanidad ocurridos durante la dictadura.

El Tribunal Oral Federal de Salta deberá resolver un pedido del fiscal Ricardo Toranzos para que se deje sin efecto el beneficio de la excarcelación de la que goza Juan Manuel Ovalle, el único civil imputado en la megacausa de la UNSa. El juicio se inició en 2011 en la Ciudad Judicial.

El planteo fue realizado en la audiencia de ayer tras el testimonio de José Luís Salazar, quien aseguró haber recibido una llamada telefónica de Ovalle en su domicilio de la ciudad Córdoba en el momento en que era citado por el Programa Verdad y Justicia para que atestiguara en este juicio. “Me dijo que necesitaba hablar conmigo porque había sido procesado en este juicio”, expresó el testigo. Salazar dijo que lo sorprendió el llamado porque hace más 30 años no ve al acusado y que a raíz de esta situación le hizo escuchar la conversación a la persona que lo fue a citar, Gerardo Batistón.

El Tribunal deberá ahora corroborar los dichos del testigos y resolver la cuestión. Ovalle está imputado por el secuestro y desaparición de la profesora de la Universidad Nacional de Salta, Silvia Benjamina Aramayo, el 24 de septiembre de 1976.

La cámara hizo lugar al pedido del querellante David Leiva para que se haga una inspección ocular en el cementerio de la Santa Cruz donde, según el odontólogo Manuel José Costello, se encontraron restos humanos en una fosa común. En la audiencia del lunes el testigo aseguró haber reconocido la dentadura de la profesora de la UNSa Gema Fernández Arcieri, quien fue secuestrada junto a su esposo Héctor Gamboa, el 24 de septiembre de 1976. La querellante Tania Kiriaco solicitó que se custodie el lugar señalado por Costello, lo que deberá ser resuelto por el fiscal federal en turno.

El Tribunal también escuchó el testimonio de Florencio Figueroa, en cuyo domicilio los secuestradores del matrimonio Gamboa dejaron abandonada a la pequeña hija de la pareja. “Estábamos durmiendo cuando escuchamos un ruido y por la ventana vimos a dos personas armadas que dejaron un bulto en la puerta”, recordó el hombre. Y agregó que “pensábamos que era una bomba; al rato escuchamos el llanto de un niño y era la chiquita envuelta en una manta”. Esa pequeña de pocos meses de vida era Mariana Gamboa, quien ayer escuchó emocionada desde el recinto el testimonio de Figueroa, a quien después abrazó.

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