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Cuando habían preocupantes indicios de que la violencia y los saqueos se extenderían por todo el país, por fin la calma volvió ayer a la Argentina. Sin embargo, algunos comerciantes cerraron sus negocios mientras que otros eligieron reforzar la seguridad en sus comercios. El único incidente registrado ayer se dio en Tucumán, donde saquearon cuatro ferias populares de indumentaria.
Pese a las declaraciones de funcionarios del Gobierno nacional, que responsabilizaron a gremialistas de la oposición, la Casa Rosada estuvo en alerta y dispuso reforzar las medidas de seguridad para evitar un rebrote de los violentos hechos del jueves y viernes que dejaron el lamentable saldo de dos muertos en Rosario y cientos de heridos y detenidos en todo el país.
En este marco, Daniel Scioli señaló ayer que el panorama estaba “más tranquilo” en el conurbano bonaerense, aunque había “471 detenidos a disposición de la Justicia”, algunos de ellos no solo vinculados a los desmanes, sino a “robos a mano armada”.
Mientras, en Rosario, otro de los focos de conflicto y donde se registraron dos muertos, no hubo nuevos desmanes ni más heridos durante la madrugada de ayer, confirmó la intendenta Mónica Fein.
De todos modos, por los incidentes quedaron 92 detenidos en manos de la Justicia, entre ellos varios menores, y estaban siendo sometidos a declaración indagatoria.
Silencio oficial
Pese a que la conflictividad social estuvo en un nivel alto durante los últimos días, Cristina Fernández de Kirchner no hizo declaración alguna, ni siquiera por la red social Twitter.
En esta misma línea es que sus principales funcionarios optaron por guardarse al silencio ayer, luego de las acusaciones aún sin mostrar pruebas de los días anteriores.
Según se dio a conocer, la Presidenta en El Calafate, a la espera de la Navidad, siguió por los medios de comunicación los incidentes.