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La situación en el sur del país se complica con el paso de las horas. El gobernador de Neuquén, Jorge Sapag, explicó ayer a la prensa que la actividad sísmica en el volcán Copahue “es mayor”, tras la erupción iniciada el sábado y que se pasó de un alerta amarilla a alerta naranja para prepararse ante una hipotética evacuación de la población.
Desde Copahue, lugar en el que se instaló para dirigir el comité de emergencia que se formó tras el inicio del proceso eruptivo, Sapag explicó: “Hay presencia de magma en la superficie y si bien es un volcán con cráter abierto, lo cual es una ventaja, tenemos que estar atentos”.
“Hemos decidido pasar de alerta amarilla a alerta naranja sin evacuación, lo que representa poner en marcha todos los mecanismos de Defensa Civil y de prevención ante la eventual hipótesis de que se pasara a una alerta roja”, indicó el mandatario provincial.
Asimismo, advirtió que “esto significa estar en guardia, atentos a una posible evacuación”.
Se estima que unas 800 personas viven en el área más afectada por la erupción. Para tener mayores precisiones, ayer se inició un recuento de población que incluye también a los turistas que se encuentran en la zona.
Por su parte, la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) de Chile decretó ayer el alerta roja, pero descartó la evacuación preventiva de los habitantes del municipio Alto Biobío, cercano al volcán.
En el informe presentado por el Servicio Nacional de Geología y Minería del vecino país, de quien depende la vigilancia de los volcanes ubicados en la Cordillera de los Andes, se especificó que “los cambios en las características de la señal sísmica y la observación de incandescencia en el cráter indican la presencia de un cuerpo magmático en superficie, el cual podría generar flujos de lava por las laderas del volcán”.
El volcán Copahue, ubicado a unos 380 kilómetros al noroeste de Neuquén capital, tiene 2.910 metros de altura y su mayor proceso eruptivo registrado se produjo en el 2000.