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Quiero expresar mi descontento con el Instituto Provincial de la Vivienda porque desde hace largos 16 años lucho para obtener una vivienda.
Muchas fueron las trabas y los gastos que me ocasiona esta demora.
Al estar separada de hecho del padre de mi hija tuve que hacer primero una información sumaria porque ella era menor de edad. Después me pidieron la sentencia de divorcio.
Siempre renovaba mi legajo con la esperanza de lograr algo, hasta que me dijeron que no tenía posibilidades de conseguir una casa porque no tenía grupo familiar grande, pese a que mi hija y un nieto vivían conmigo. Presenté más notas y certificados, pero nunca obtuve respuesta.
Para el IPV yo no tengo necesidad, pese a que mi actual esposo es diabético y en julio debemos entregar la casa que alquilamos.
Ester Curtis de Camaño
Ciudad