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?Sería difícil encontrar a 2000 argentinos que quieran vivir en las islas?

Lunes, 02 de abril de 2012 00:41
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La abundante cartografía que ronda la década de 1520, sugiere que las Malvinas fueron avistadas por la expedición de Fernando de Magallanes al servicio del rey de España, más precisamente por Esteban Gómez, quién sería el descubridor del archipiélago. Mientras tanto, el Reino Unido sostiene que fue el inglés John Davis quién descubrió las islas Malvinas en 1592.

Estas antiguas controversias llegan a nuestros días y probablemente se perpetúen, dado que Argentina nunca cederá su propósito soberano de recuperar el archipiélago austral, y salta a la vista que el Reino Unido tampoco está dispuesto a soltar la perla que terminó de conseguir en la dolorosa guerra de 1982.

Lo sorprendente de esta disputa es que existiría una tercera posición: Al parecer, los habitantes de las islas, los kelpers, pugnarían por convertirse en un nuevo país independiente de Gran Bretaña, que pudiera sentirse parte de América del Sur.

Lo único cierto ahora es que Argentina ve en las islas (que forman parte de su mapa), una usurpación territorial por parte de una potencia que adjunta, como colonia, territorios extranjeros. Y amparados en la autodeterminación, los kelpers, situados a 8000 kilómetros de su casa matriz, Inglaterra, ven en Argentina un país que reclama ese territorio por sobre los deseos de la población isleña.

John Fowler, editor de Penguin News, el único diario de Malvinas, habló en exclusiva con El Tribuno.

¿Se podría decir que el diario Penguin News es la voz de los isleños?

Sí, y a través del diario nos pareció que era necesario ofrecer la mirada de los isleños en la conversación sobre soberanía que siempre pasaba solamente por los gobiernos argentino y británico. Consideramos que nuestra mirada fue siempre ignorada por los medios globales. Se podría decir que es la voz de los isleños, cuyas generaciones datan de 1833.

En un artículo del diario, usted dice que fue penosa la situación de los soldados argentinos durante la guerra de Malvinas...

Si, yo vivo en Malvinas desde 1971 y puedo decir que fue muy triste lo que se vio acá. Pudimos observar a los conscriptos sufriendo frío y hambre, con sus cascos de plomo y sus ponchos. Fue un gesto de humanidad compartida de la gente de la ciudad de Puerto Stanley, el ofrecerles algo caliente para beber y algo de comer. Ya no importaba que fuera el “enemigo”, si se quiere, ellos vieron en esos soldados el hijo de una mamá o un papá que estaba pasando un muy mal momento.

¿Porqué escribió que algunos soldados argentinos pensaban que estaban en Chile?

Recuerdo una conversación en abril de 1982 con un soldado, que se quejaba porque no podía usar dinero argentino en “este país”, decía, y no tenía idea de dónde estaba. Además he encontrado algunos testimonios de personas que contaron que algunos conscriptos creían que estaban en Chile.

¿Cuánto cambió la mirada de los isleños hacia Argentina, con el reclamo de soberanía?

Mucho, porque sería mejor no tener la necesidad de aclarar siempre este tema. Sería mejor seguir siendo buenos vecinos con la gente de su país. Tenemos que dividir en este punto las opiniones de la gente de las islas y del gobierno británico, y aclarar que yo no quisiera hacerme cargo de lo que el gobierno británico ha hecho en su historia. Para mí sería más importante compartir con Argentina lo que humanamente tenemos en común.

¿Usted comentó en un artículo que pocos argentinos soportarían vivir en Malvinas?

Sí, porque me lo dijo un amigo argentino, que sería difícil encontrar 2000 argentinos que quisieran vivir en las islas por estar tan lejos de todo el mundo, lo que nos complica mucho. Es una vida bastante dura la de acá, por el clima sobre todo, en comparación con la vida de la gente de cualquier ciudad del mundo. Es muy distinto de Salta, por ejemplo.

¿Conoce nuestra ciudad?

Si, Salta es una ciudad muy hermosa por su clima y su gente, muy histórica. Al viaje lo hice hace 30 años, más o menos. Fui en tren desde Buenos Aires a La Paz, Bolivia. No sé si se puede hacer todavía ese viaje, pero para mí es un recuerdo maravilloso, un viaje bello.

¿Qué piensa de los presidentes latinos que no dejaron entrar navíos de las islas a sus puertos?

Me encontré un poco decepcionado, sobre todo de Mujica, el presidente de Uruguay. Pero sé que es un hombre muy sincero, es una excepción entre los presidentes latinoamericanos, un hombre muy humilde y honesto, por eso me apena lo que le están haciendo creer, para tomar esa actitud.

¿Piensa que Argentina “hace creer” a otros países su soberanía sobre las islas Malvinas?

La historia siempre es subjetiva, pero hay expertos que han pasado por archivos históricos de Buenos Aires y España, y ellos pueden hablar de la gente que estaba en puerto Louis cuando vino el barco británico e identificar a los que quedaban acá en 1871. Para nosotros, la base del reclamo argentino es un mito ya que nunca se habría expulsado a una población argentina, aparentemente nunca hubo población argentina acá. Esto es interesante pero no es clave porque nuestra soberanía, nuestro derecho a buscar un futuro propio, se basa en que vivimos acá, pacíficamente, hace 180 años. Podemos pasarnos los próximos siglos discutiendo la soberanía de las islas sin estar de acuerdo nunca.

¿Creían que Néstor y Cristina iban a tener otra actitud con respecto a la soberanía de la islas?

Si, pero apenas subieron al poder vimos su actitud hostil con la prohibición de los vuelos charter a las islas, que para nuestra industria turística fue un golpe muy duro. La verdad que nos vimos decepcionados porque esperábamos más empatía, una actitud más amable de gente con quién se tenía mucha historia en común, porque la Patagonia y las islas comparten muchos aspectos de la vida.

¿No cree que las islas están muy lejos de Inglaterra y muy cerca de Argentina?

El argumento de proximidad geográfica no me parece válido, para nada, porque no se podría aplicar en todo el mundo. Por ejemplo, Gran Bretaña tiene islas que se pueden ver desde Francia, y no es cerca, por eso es un argumento que no podemos aceptar.

¿Los isleños sienten amenazada su seguridad?

No, pero actualmente, para sentirnos seguros, necesitamos esta nueva base militar de 2.000 personas, entre civiles y militares. Antes necesitábamos 20 soldados.

El canciller Timerman reclamó la entrada de armas nucleares al Atlántico sur, ¿entraron?

No soy militar pero creo que no hay razón para pensar eso. El movimiento de submarinos con armas nucleares es secreto, pero estoy seguro que normalmente no llevan armas nucleares, hay que distinguir entre la proporción del barco y las armas que posiblemente va a llevar, y estoy convencido de que no llevaba armas nucleares.

¿Qué representa el 2 de abril para los isleños?

Para nosotros es un día que no festejamos porque es una fecha muy, muy triste. Seguramente se hará un desfile de los miembros de las fuerzas de las islas que fueron llamados para defender a su país del ataque argentino en abril de 1982.

 

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