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En el corazón de villa San Antonio, la avenida Independencia volvió a convertirse en escenario de uno de los festejos más esperados por los salteños. Con una participación récord de más de 70 delegaciones, el tradicional desfile por el 9 de Julio reunió a familias enteras, agrupaciones culturales, escuelas, fuerzas vivas y vecinos de distintos barrios de la ciudad, que celebraron el Día de la Independencia con orgullo y emoción.
Desde temprano, los puestos de mate cocido y pan casero recibieron a los asistentes, mientras los primeros acordes de la música folclórica comenzaban a ambientar lo que sería una jornada inolvidable. “Mi hija va a desfilar, así que después nos vamos a compartir algo en familia”, contaba José, vecino de Cerrillos que viajó especialmente para la ocasión.
Valeria, otra de las asistentes, llegó desde el centro de Salta para ver desfilar a un familiar por primera vez en esta avenida. “Siempre iba al monumento a Güemes, pero me encantó la energía que se vive acá”, dijo. La diversidad de voces reflejaba un sentimiento común: el de orgullo por la patria y la importancia de mantener vivas las tradiciones.
Uno de los momentos más emotivos fue protagonizado por Mica, una niña que vino a ver desfilar a su abuelo, integrante de los excombatientes de Malvinas. “Vinimos todos, la familia entera, para verlo. Estamos muy orgullosos”, afirmó. Tras la Marcha de Malvinas y el Himno Nacional entonados con fervor, la emoción se apoderó del lugar.
El desfile contó con la participación de niños desde las salas de 3 años, bibliotecas barriales, cuerpos de danza folclórica, fuerzas de seguridad y agrupaciones culturales. “Es fabuloso que este año contemos con tantas delegaciones. Este desfile es parte de nuestra identidad cultural. Es reivindicar la fecha y nuestras tradiciones”, destacó el profesor Horacio Quispe, del taller de danzas folclóricas que integra la organización.
Uno de los momentos de recogimiento llegó con el minuto de silencio en homenaje al fundador del Club San Antonio, recientemente fallecido, cuya figura es muy querida en el barrio.
Entre los asistentes también hubo turistas. Una familia que llegó desde Mendoza decidió sumarse al festejo. “Hace muchos años que no veníamos, y fue muy emocionante ver todo esto”, compartió una madre mientras acompañaba a su hija vestida de paisana.
El desfile, que se extendió desde la esquina de Independencia e Ituzaingó hasta la calle Buenos Aires, llamó a vivir la fecha con fraternidad y esperanza.
La jornada cerró con una invitación abierta a seguir celebrando: locro, empanadas y guitarras esperaban en cada casa del barrio, porque en San Antonio, como en muchos otros rincones de Salta, el Día de la Independencia se celebra con el corazón en la mano y la bandera bien en alto.