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Más de 1.360.000 personas abandonaron la pobreza en 2011, según datos que difundió ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). El organismo precisó que la tasa de pobreza se redujo a 6,5 por ciento en el segundo semestre de 2011, que significa una disminución de 3,4 puntos con relación al mismo período de 2010. En consecuencia, sobre 40 millones de habitantes, 3,4 puntos equivalen a 1.360.000 personas y, por ende, 2.600.000 permanecían en la pobreza. En el primer semestre de 2011, la pobreza era de 8,3% y la indigencia de 2,4 por ciento. Con estos números, para el Gobierno existen menos pobres en el país. En esa misma sintonía, para el organismo, la indigencia (familias que no acceden a la canasta básica de alimentos) descendió a 1,7% de la población, desde el 2,4% que se había registrado al cierre de 2010. El indicador de pobreza alcanzó niveles que no se registraban desde 1982, cuando su incidencia era del 5,1% de la población. Luego de la recesión y el default posterior a la guerra de Malvinas, el índice saltó al 35% de la población. Después de alcanzar otro pico de 47,3% tras la hiperinflación de 1989, en las postrimerías del gobierno de Raúl Alfonsín, el indicador de pobreza descendió a mediados de 1995 al 25% de la población, un porcentaje que se mantuvo con cierta estabilidad durante un lustro. Al finalizar anticipadamente la presidencia de Fernando de la Rúa, el índice de personas con necesidades básicas insatisfechas alcanzó el 35,4%, y dicha proporción se amplió después del “corralito financiero” y el último default de deuda, para llegar a un máximo histórico de 57,5% de pobres a mediados de 2002.
Por su parte, el economista Jorge Colina, director de Instituto para el Desarrollo Social de la Argentina (Idesa), coincide en destacar la importante reducción de la pobreza en la última década, pero advierte que “en realidad, la pobreza está mal medida, a raíz de que se subestima la inflación y por eso crecen los ingresos de los hogares”, en términos estadísticos, por encima de la variación de los precios.
En ese concepto, Colina apuntó que “la medición de la pobreza va a tender a disminuir así hasta 0%, por la distorsión del Indec, porque analizar la pobreza depende del índice de precios que uno utilice”.