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Me sorprende que un grupo de “formadores” de la institución, involucrada en el caso de Dardo opinen desde el máximo nivel de desinformación.
Permítanme comunicarles que ninguna de las asociaciones protectoras animales de la provincia reciben subsidios por parte del Estado. Son personas comunes con su trabajo, su familia, sus obligaciones diarias. Si bien desde estas protectoras no han salido ni pintores, ni bailarines destacados, ni artistas con proyecciones internacionales, sí salieron personas con sentido de solidaridad, cooperación, sacrificio y, por sobre todo, con una evolución moral y un corazón gigantesco. Pesar más la vida de un humano o un animal, es realmente indignante y mediocre. Lo único que nos diferencia es el poder que ejercemos sobre ellos. Ambos comemos, sufrimos, nos alegramos, sentimos miedo, etc. La obligación y la responsabilidad de velar por el cuidado de los animales, es de todos los integrantes de una sociedad civilizada. ¿Dónde estamos parados y qué nos depara, si nuestros “formadores”, no tienen la más mínima intención de consensuar, capacitar y abrir los ojos, no solo de los adolescentes sino de una sociedad cada vez más indiferente a la vida?
Lucas Iñigo
Ciudad