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La brecha del 25 por ciento entre el dólar oficial y el paralelo "preocupa" aunque la estrategia cambiaria del Gobierno seguirá siendo "gradual" y no se avizora una devaluación brusca, según evaluaron analistas privados.
"Un 25% de brecha entre el dólar regulado y el paralelo preocupa ahora más que en tiempos del episodio (de corrida cambiaria) posterior a las elecciones, cuando la diferencia era de 10%. En un sentido, 25% es la expectativa devaluatoria que tiene una porción del mercado", advirtió la consultora Analytica en un informe emitido en las últimas horas.
De todos modos, desde la entidad dirigida por el economista Ricardo Delgado advirtieron que "no hay razones" para que esa expectativa de devaluación sea "convalidada".
"Mantenemos nuestra posición respecto de que no existen condiciones objetivas para desdoblar el mercado de cambios", agregaron.
Según el informe: "El gobierno demostró a fines de 2011 que no corre por detrás del mercado, y cuenta con herramientas para operar. La estrategia cambiaria ha sido, y creemos que seguirá siendo, gradual, sin saltos bruscos".
Sin embargo, los analistas señalaron que "el contexto externo –en particular, la depreciación del real brasileño- pone al gobierno ante un dilema: acelerar la tasa de devaluación y correr el riesgo de que sea percibida como una conducta defensiva, o perder competitividad frente al socio mayor del MERCOSUR".
Indicaron además que "bajo este escenario de mayor complejidad internacional, la fuga de capitales en la Argentina, que se había reducido entre enero y marzo, aumenta desde abril, y en particular a partir de los primeros días de mayo".
"El Gobierno tiene un objetivo macroeconómico básico, que es preservar las reservas del Central. En los últimos 30 días éstas apenas aumentaron USD 300 millones, ubicándose en USD 47.800 millones", precisaron.
Y explicaron que "aún sin hacerlo explícito, es claro que la gestión Cristina Kirchner busca que los dólares del Central sean utilizados en estos meses para pagar tanto deuda como un flujo más liberado de importaciones".
También consideraron que "deben seguirse muy de cerca algunas conductas micro , como la de los productores agropecuarios, que ante la imposibilidad de acceder al mercado formal de cambios, luego de vender sus granos y recibir pesos a cambio, pueden retacear las ventas y estrangular el mercado, ampliando la brecha y realimentando el temor de los minoristas".
En el cierre de una semana de tensión financiera y con fuertes controles de la AFIP, el dólar oficial terminó estable a 4,47 pesos, mientras que el paralelo aumentó cuatro centavos y cotizó a 5,63 pesos.
En tanto que el dólar "contado con liquidación", que los inversores utilizan para la fuga de capitales, se acercó a los 6 pesos y terminó operando a 5,94 pesos.
Pese a la tensión, el Banco Central consiguió sumar unos 200 millones de dólares al volumen de reservas, que terminaron en 47,581 millones de la moneda norteamericana.