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En torno de la desventurada iniciativa de un concejal capitalino, a quien se le ocurrió propiciar la demolición del Monumento a los Héroes de Manchala y que logró adhesiones que por su tenor exhiben una ligereza y desinformación rayana en lo increíble (tales como la del abogado Pablo José Funoll, en su carta publicada el 28 de abril), me cabe señalar algunas precisiones en homenaje a la verdad de los hechos. Es erróneo pensar que se haya incluido la figura de un cóndor para hacer la apología al Plan Cóndor. Es que a la fecha no hay probanza documental de la existencia del sedicente “plan” antisubversivo como sí lo hay de la existencia de la Junta Coordinadora Revolucionaria, que coordinaba las actividades del ERP-Montoneros y grupos afines. La existencia del ave a modo de emblema en el monumento en cuestión probablemente evoque o simbolice el coraje, emblema que se usaba desde época remotas.
En cuanto a que en el país no hubo guerra en la década de los años 70, es una afirmación descabellada o de mala fe. Esto hace pensar que el autor de la carta sería un niño a la época citada, habida cuenta de que hasta el propio Fidel Castro en 1998 reconoció expresamente la lucha armada de la guerrilla, financiada y dirigida por la dirigencia comunista cubana. Solo de la bibliografía proguerrillera, el historiador E. Díaz Araujo computa 655 libros que documentan la guerra despiadada provocada por el marxismo subversivo.
Carlos Botteri
Ciudad