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Lo de las pegatinas en edificios públicos sigue en vigencia. Un ejemplo son “la pasarela de la Coca”, como la llaman a menudo, ubicada en barrio Palacios, y la del puente de la rotonda de Limache (que dicho sea de paso, ¿se llama Dr. René Favaloro?). Ambas pasarelas son blanco de los pegatineros que las dejan hechas una miseria. No dan lástima, dan asco!
Ni siquiera la reciente realización de la Ferinoa hizo que la autoridad municipal se percatara de la fea vista que ofrecen los afiches rotos en esos edificios, que eran paso obligado para llegar al predio ferial.
Nunca es tarde para corregir errores, una limpieza a esos lugares sería un favor para todos. No solamente del lindo casco histórico se nutre nuestra capital.
Ing. Víctor Sincé
Ciudad