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La solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi), que celebró ayer la Iglesia Católica de Salta y de todo el mundo, fue multitudinaria.
Más de cuatro cuadras colmadas de fieles católicos acompañó la procesión con el Santísimo Sacramento que recorrió calles del casco histórico de la ciudad y finalizó en el atrio de la Catedral Basílica.
En su homilía, el arzobispo de Salta Mario Antonio Cargnello, se refirió a la pérdida de costumbre de las familias de asistir a misa “en familia”. Habló del sentido de esta acción y del valor de la presencia de los jefes-padres, a quienes instó a ser modelos a seguir en su hogar y, por ende, a acompañar todos los domingos a misa a sus esposas e hijos.
Cargnello también exhortó a la comunidad salteña a sumarse a la colecta anual de cáritas que se extenderá hasta fines de este mes en favor de los más pobres. En este marco, hizo referencia a que, además, de la pobreza económica del país, la pobreza espiritual afecta a muchos cristianos.
Argentina analiza un nuevo código civil con divorcios exprés y alquiler de vientre, puntos en los cuales la Iglesia ya se pronunció en contra y, ayer, también formaron parte de la reflexión.
El Corpus Christi conmemora la institución de la Eucaristía que Jesús realizó en la última cena y que constituye el centro de la liturgia y del culto de la Iglesia cristiana. El Jueves Santo, que fue su día propio, es una fiesta incompleta debido a la misma naturaleza de la Semana Santa en la que prevalece el recuerdo de la Pasión y Muerte del Señor.
El padre Marcelo Singh, de la Catedral, dijo: “Que esta celebración nos permita abrir los ojos para valorar la vida, la familia y comprometernos en la construcción de la Patria”.