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Al menos 34 personas murieron el domingo en Nigeria y alrededor de 150 resultaron heridas en atentados suicidas cometidos contra tres iglesias en el estado norteño de Kaduna y en la ola de represalias que siguió a los ataques.
De esas víctimas, 23 fallecieron en los atentados y 11 perdieron la vida en ataques de jóvenes cristianos que salieron a la calle armados con machetes y garrotes para vengarse, indicaron fuentes de tres hospitales públicos citadas por el diario local Daily Trust.
Asimismo, más de 150 personas resultaron heridas tras las fuertes explosiones ocasionadas por terroristas suicidas que detonaron vehículos cargados de explosivos.
Las explosiones sacudieron tres iglesias: dos en los barrios de Wusasa (Iglesia Evangélica de África Occidental) y Sabon Gari (Catedral Católica de Cristo Rey) de la localidad de Zaria; y una tercera (Iglesia Pentecostal de Shalom) a unos 60 kilómetros, en la ciudad de Kaduna, capital del estado homónimo.
Un testigo cuya identidad no fue revelada aseguró por teléfono al periódico Vanguard que en el ataque de Wusasa murieron una decena de niños, si bien esa cifra no fue confirmada oficialmente.
El barrio de Wusasa tiene un simbolismo especial para los cristianos de Nigeria, porque allí se construyó en 1929 la parroquia de San Bartolomé, la primera iglesia edificada en el norte del país, de mayoría musulmana.
Según algunos medios, otras dos iglesias fueron atacadas en Kaduna, pero las autoridades no se pronunciaron todavía sobre esos sucesos.
Tampoco se facilitaron, hasta ahora, datos de hospitales privados, lo que hace pensar en una cifra de víctimas más elevada, precisó el Daily Trust.
Los atentados desencadenaron una ola de ataques protagonizados por jóvenes cristianos en la ciudad de Kaduna, donde quemaron automóviles, atacaron dos mezquitas y agredieron a personas sospechosas de pertenecer a las etnias hausa y fulani, que profesan el Islam.
Al menos once personas murieron como consecuencia de estos actos de venganza, informó el Daily Trust, al señalar que el St. Gerard’s Hospital de Kaduna atendió a unas 35 víctimas.
A fin de restaurar el orden, el Gobierno de Kaduna impuso un toque de queda de 24 horas en todo el estado, donde patrullan soldados y policías.
En una declaración, el gobernador, Patrick Yakowa, se dirigió a los ciudadanos para garantizar que “el Gobierno no tolerará ni la violación de la ley y el orden, ni el desprecio de la inviolabilidad de la vida humana”.
Aunque no se conoce aún la autoría de los ataques, la secta islamista Boko Haram perpetró en los últimos meses numerosos atentados contra templos cristianos en Nigeria.
Boko Haram se atribuyó los atentados cometidos hace sólo una semana contra dos iglesias, una en Jos (centro) y otra en Bui (norte), que causaron al menos cinco muertos.
Con unos 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, sufre múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas,
religiosas y territoriales.
La Santa Sede
Ante los hechos de violencia, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, consideró “horribles e inaceptables” los atentados y pidió “acciones eficaces contra el terrorismo”.
“El sistematismo de los atentados contra los lugares de culto cristianos en la jornada del domingo es horrible e inaceptable, y es señal de un diseño absurdo de odio”, señaló en declaraciones recogidas por los medios de comunicación italianos.
Lombardi dijo que espera “acciones eficaces” contra el terrorismo, y consideró que “se agrava el riesgo de que la violencia continúe y se amplíe, causando represalias y alimentando
tensiones en perjuicio, no sólo de los cristianos, sino de una numerosa población deseosa de una convivencia pacífica.