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El pasado 20 de junio se cumplieron 39 años de la Masacre de Ezeiza. Los que estuvimos ahí, confiábamos en el regreso de Perón. Eramos jóvenes que militábamos en la Juventud Peronista y que luchábamos para que este regreso se produjera.
Fuimos llenos de euforia y volvimos tristes y confundidos porque vimos la división del peronismo con la derecha de la burocracia sindical, la Concentración Nacional Universitaria (CNU) y con el Comando de Organización. La desilusión fue terrible. Algunos no queríamos seguir militando, porque veíamos cierta preferencia de Perón por esos sectores de la derecha. Pero confiábamos en que Perón los iba a castigar. Pero esto no ocurrió y nosotros pecamos de inocencia. Ahí comenzó lo que luego se transformó en persecución y muerte instrumentada por la Triple A a los militantes de La Tendencia. Después, el desastre. Perón nos echó de la plaza el 1§ de mayo de 1974 y marcó el puntapié inicial del genocidio en la Argentina, concluido por la dictadura. Yo fui protagonista de esos acontecimientos.
Juan Domingo Javier
Tartagal