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Mirta González recuperó a su hijo de su adicción a la pasta base; además, integra la Asociación de Madres Contra el Paco de nuestra provincia.
Nadie mejor que ella puede explicar el largo y penoso camino que recorren muy pocos hacia la rehabilitación.
“Yo les recomendaría a los legisladores que impulsan la despenalización del consumo de drogas, que caminen las calles de las villas para ver cómo se están matando nuestros hijos”, dijo Mirta. Desde la Asociación manejan números terribles para Salta.
Las nenas comienzan a consumir paco a los 13 años y, al poco tiempo, empiezan a prostituirse por dosis.
En las villas de nuestra capital el 70 por ciento de las menores de entre 13 y 15 años está embarazada; muchas de ellas son adictas a la pasta base.
En los varones es peor; empiezan a los 8. Muchos de ellos siguen la tradición de generaciones de adictos, pues los padres usan a sus pequeños como delivery de paco. Para ese contexto también se promueve la despenalización y Mirta dice desconsolada: “Si las drogas ya están despenalizadas desde hace rato. Acá se venden en cada cuadra y nadie hace nada; en Finca Independencia la Policía no entra”.
Las Madres indican a 17 de Octubre, La Unión, Solidaridad, 20 de Junio, Finca Independencia y San Benito como las barriadas más azotadas por el paco. A esto hay que agregar que también comenzaron a proliferar Madres en Campo Quijano, Rosario de Lerma y Cerrillos.
En una manzana que tiene 28 lotes en promedio, hay 6 niños adictos.
En esos barrios las Madres detectaron un denominador común: comienzan tomando cerveza, luego marihuana y terminan con el paco. Y dicen “terminan” porque, según las experiencias, no sobreviven más de un año. Entonces los padres comienzan el triste recorrido de buscar ayuda sin que nadie les dé una mano.
Lograr que entren en alguna de las instituciones de rehabilitación es una verdadera odisea por la gran burocracia que hay que cumplimentar.
Además, entran en la contradicción de que si un niño adicto es indisciplinado, directamente lo expulsan.
En este escueto panorama, Mirta pide que primero haya un proyecto de salud contra las adicciones y luego la despenalización. “Lo que quieren nuestros legisladores y la propia presidenta es que los pobres nos matemos rápido”, dijo Mirta. “Y si nos morimos, pretenden que haya más adictos a los estupefacientes”, concluyó.