inicia sesión o regístrate.
Pueden ser jóvenes o pueden ser jubilados. Pueden ser trabajadores como pueden ser desempleados. Puede ser contra la banca como puede ser contra el Estado. Pues una España en crisis no ha inmovilizado a su gente y diariamente hay en todo el país alguna marcha o protesta en contra, sobre todo, de los recortes y ajustes presupuestarios u otras repercusiones de los problemas financieros.
No es algo solo de ahora. Sin embargo, el nivel de desempleo del 24 por ciento y la incertidumbre sobre una salida de la crisis ha multiplicado las protestas sociales en toda España y distintos colectivos se han lanzado a la calle para hacerse sentir ya sea con “caceroladas”, marchas, tomas pacíficas de sucursales bancarias e incluso encadenamientos a la institución contra la que se protesta.
Uno de los colectivos que más llama la atención es el de los yayoflautas, la rama de los jubilados del 15-M, movimiento que nació con la revuelta de los indignados. Estos suelen vestirse con chalecos fosforescentes y entre sus actos de protestas se incluye la toma coordinada de sucursales bancarias.
Su nombre es una combinación de “yayo/a”, una manera cariñosa de llamar a los abuelos y de “perroflauta”, palabra despectiva con la que se ha identificado a los jóvenes “indignados” y por quienes este grupo de jubilados manifiesta su simpatía.
Su principal crítica es la forma en que se está afrontando la crisis y hechos puntuales como la nacionalización de Bankia, uno de los mayores bancos españoles al borde del colapso para el que se necesita de al menos una inyección de 19.000 millones de euros. O el rescate internacional a la banca privada que se cifró en un máximo de 100.000 millones de euros y que ya ha sido formalizado.
Pues como ellos mismos lo aseguran, los jubilados tendrán su pensión asegurada, pero cada vez más sus hijos y sus nietos han pasado a depender de ella.
Por otra parte, una de las manifestaciones que más ha tenido su seguimiento en lo últimos días ha sido la de los mineros de carbón de Asturias que pasaron por todo tipo de protestas hasta llegar a la “marcha negra” con la que se están dirigiendo a pie a Madrid. Llevan ya un mes de huelga indefinida por los recortes de la ayuda al carbón y en estos días se manifestaron con piquetes, cortes de vías, barricadas o hasta quedándose desnudos de torso bajo el lema “así nos dejan”.
También están quienes se encadenan para protestar. Algunos de los que lo hicieron el último mes fueron los trabajadores de los astilleros de Sevilla, que se encadenaron a las verjas del edificio de la Junta de Andalucía, mineros que lo hicieron a las puertas del Ministerio de Industria, vecinos de Salamanca que no querían que se suspenda la conexión en tren con el País Vasco y también lo hicieron profesores y enfermeros por los recortes en sus sectores de trabajo.
Incluso ha habido maneras de manifestarse que fueron desaprobadas sobre todo por su peligrosidad. Entre ellas puede mencionarse el parón simultáneo que se hizo de los coches del subterráneo, pues en protesta por el aumento del billete jóvenes encapuchados activaron el freno de emergencia en horas pico.
Así, en toda España diariamente hay manifestaciones y congregaciones sociales que responden a los intereses de cada colectivo. Las mayores marchas suelen convocarse en fines de semana para lograr un mayor acatamiento pero cada vez más hay paros durante la semana. Por ejemplo, el martes hubo un paro en la salud que, aunque de solo dos horas, fue el primero de su tipo. También suelen convocarse en educación, si bien ahora está el receso por vacaciones; en transporte y otros sectores de trabajo.
A veces estas marchas y protestas pueden no presentar variantes pero, en orden a un mayor llamado de atención, cada vez más se diversifican las maneras de manifestarse en esta España en crisis.