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Es imperativa una revisión de nuestra historia para rescatar a personajes relegados en la revalorización de la misma. Figuras cercenadas, probablemente por ideas conservadoras para quienes la patria, el terruño, era un latifundio personal, una estructura agraria arbitraria. En un contexto local sería importante que cada escuela tuviera el retrato de algún pionero, remarcando aspectos ejemplificadores de su vida. Las generaciones de alumnos harían pie en la crónica de su propio suelo, afincándose como argentinos en esa raigambre de esfuerzos que es la simiente de nación que queremos conformar. Recordar y practicar es cimentar nuestros orígenes. Habría que modificar esta colonización pedagógica que nos ha convertido en extranjeros en nuestra propia tierra.
Roberto Grau
Tartagal