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?Hoy no hay reglas claras?

Domingo, 01 de julio de 2012 21:20
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Marisa Herrera es una reconocida investigadora del Conicet y estuvo en un equipo que redactó el título sobre adopción que incluye el proyecto de reforma del Código Civil.

La especialista destacó que cuando los chicos tienen familia biológica se puede trabajar para que no lleguen a ser adoptados.

Consideró que hoy no existen reglas claras sobre el momento en que un chico está en condiciones de ser integrado a un nuevo hogar. Además, dijo que la modificación del marco legal ayudará a que los procesos sean más ágiles.

Se difundió que el nuevo Código Civil acortaría los plazos para la adopción ¿Cuáles serían los cambios más importantes para que las cosas sean más rápidas?

Siempre que una ley organiza, mejoran los procesos y, por ende, también los tiempos. Sucede que hoy no hay reglas claras sobre la primera fase en el camino de la adopción, que implica decidir cuándo un niño está en situación de adoptabilidad.
En este marco, el proyecto regula con pautas claras y precisas un proceso judicial para decidir que haya adopción.
Se tiene en cuenta todo el trabajo previo que se viene haciendo con la familia de origen y ampliada en el llamado sistema de protección de derechos de niños y adolescentes.
Se toma en cuenta si realmente la familia de origen puede o no llevar adelante la crianza del niño. En caso negativo, se decreta la adoptabilidad en un proceso en el que los padres son parte e intervienen con todas las garantías. Todo esto no está así de claro en la ley y, por ello, difieren tanto las prácticas y los tiempos.

¿Cree que hay riesgos de que la burocracia se mantenga pese a la reforma del Código Civil?

Siempre en estas cuestiones juega la interpretación y se corre el riesgo de desvirtuar las prácticas según quiénes leen las leyes. Este es un miedo que está siempre en el campo social. Pero, al menos, la ley puede colaborar para disminuir ese peligro porque brinda reglas precisas, con tiempos claramente señalados y estableciendo qué funciones o roles deben cumplir los que trabajan en estos temas.
Los órganos administrativos de protección, los tribunales, los padres e incluso el propio niño son parte en el proceso por el cual se decide su inserción en otro núcleo familiar.
Esto se hace en total consonancia con la noción de los niños como sujetos de derecho y protagonistas de conformidad con su edad y grado de madurez.

Hay chicos que no pueden estar momentáneamente con sus padres biológicos por problemas sociales, pero que podrían regresar con ellos cuando cambie la situación. El proyecto busca que pase menos tiempo hasta que el niño esté en condiciones de ser adoptado. ¿Esto podría atentar contra el derecho del chico a que se haga lo posible para que crezca con su familia biológica?

No se debe perder de vista que, antes de llegar al proceso de adopción, se viene trabajando con la familia de origen y ampliada en el marco del sistema de protección de derechos.
Si se trabaja bien, de manera sincera con la familia de origen y ampliada, revalorizando su rol y no desde una mirada meramente asistencialista, lo cierto es que no se debería llegar a la adopción.
Ahora, si se trabaja mal en esta primera etapa y se acude a la adopción, el proceso judicial para la declaración de adoptabilidad será la última oportunidad para analizar si realmente es la respuesta adecuada para la conflictiva familiar planteada.
El gran problema, que no es jurídico sino mucho más complejo, es preguntarse qué se entiende por “momentáneamente”.
¿Cuánto tiempo se debe trabajar con la familia de origen para decidir la adopción de un niño? No se le puede pedir este tipo de respuestas a una ley. No es su función.
Este es uno de los interrogantes centrales que desvela a los operadores y cuya respuesta no es estrictamente jurídica ni matemática.
En cada caso habrá que ver qué trabajo real se llevó adelante con la familia, cuál es el grado de complejidad , la edad del niño y tantas otras cuestiones a ser valoradas de manera interdisciplinaria y con operadores calificados que crean en serio en que las familias pueden cambiar.

¿Qué puede opinar sobre el funcionamiento del Registro Unico de Adoptantes?

Este tipo de herramientas es de suma utilidad para evaluar a los posibles adoptantes, acompañar a estas personas durante la espera y coadyuvar en la labor de los jueces lo mejor para un niño. Pero jamás un registro por sí mismo va a mejorar un sistema de adopción. Es una herramienta más en esta compleja y difícil tarea. Es una institución “que tiene por objeto proteger el derecho de niños, niñas y adolescentes a vivir y desarrollarse en una familia que le procure los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades afectivas y materiales, cuando éstos no le pueden ser proporcionados por su familia de origen”.
 

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